Balance 2023 y previsiones por países
España: Después de una cosecha muy deficitaria en 2022 debido a las heladas en Aragón y Cataluña, en 2023 se volvió a niveles de producción cercanos al potencial. Aunque la sequía que afectó al norte de España hacía temer por la supervivencia de las plantaciones, las lluvias de mayo y junio salvaron la producción. En España Javier Basols, responsable de Fruta de Hueso en Cooperativas Agro-alimentarias de España, apunta a un ligero aumento de las producciones en el Sur y en el norte, con Cataluña y Aragón, hay una ligera reducción. Cosechará cerca de 1,5 millones de toneladas de melocotones, nectarinas y paraguayos, un 1% por encima de la producción de 2023 y un 12% superior a la media del 2018/2022.
En Cataluña la campaña se presenta con normalidad según indica Manel Simón, director de Afrucat, con un leve descenso del 4% tanto por cuestiones hídricas como de calor.
«La zona sur y norte de España no se van a solapar, como sucedió la campaña pasada al inicio y eso favorece las previsiones comerciales», explica.
Por regiones esta es la evolución de las producciones en España de estas frutas.
Grecia: Prevé cosechar cerca de 714.300 Tn toneladas de melocotones y nectarinas, un 3% por encima de la producción de 2023 y un 5% por encima de la media del 2018/2022, una media que estuvo marcada por desastres climáticos, según explicó Georges KANTZIOS, de la cooperativa ASEPOP.
Italia: Elisa MACCHI, de CSO Italy, informó de que este país tendrá una cosecha de cerca de un 1.000.000 de toneladas de melocotones y nectarinas, un 10% superior a la de 2023 y un 3% inferior en comparación con la media del 2018/2022. Igual que en otras regiones de producción europeas, hasta la fecha Italia no ha sufrido ningún incidente climático importante. En el Sur de Italia la reducción de superficie está más controlada que en el norte. Pero no hay gran diferenciación entre áreas, al contrario que el año pasado. Hay una recuperación de la principal zona productora Emilia Romana para 2024.
Francia: Por último, Bruno DARNAUD, de AOP Pêches, estima una producción de melocotones y nectarinas de alrededor de 230.000 toneladas, un 5% por encima de 2023 y un 22% superior a la media del 2018/2022. Aunque la sequía sigue presente en la zona del Rosellón, las lluvias de finales de abril y del mes de mayo han permitido el riego de manera normal. El año pasado, la producción estuvo cerca del potencial óptimo a pesar de la sequía que afectaba al Rosellón, pero las precipitaciones de mayo y junio permitieron el aporte óptimo de agua.
Después de tres años, 2020, 2021 y 2022, marcados por un déficit significativo de producción con menos de 3 millones de toneladas de melocotones, nectarinas, paraguayos y pavías, en 2023 se recuperó parte de la producción, con cerca de 3,3 millones de toneladas.
Para esta campaña, aunque la sequía sigue presente en Cataluña y en el Rosellón, las lluvias de la primavera deberían permitir garantizar los volúmenes de agua suficientes para regar los árboles durante todo el verano.
De momento, no se han producido incidencias climatológicas importantes a remarcar en las diferentes zonas de producción de Europa; los episodios de heladas o granizo han sido hasta ahora muy localizados. La campaña se presenta bien
Las previsiones de cosecha para 2024 se sitúan en 3,4 millones de toneladas de melocotones, nectarinas y paraguayos. «No vemos precocidad en principio y esperamos una cosecha normal. Un 9% más que el año pasado en nectarina, manteniendo su potencial«, detalla Darnaud.
Campaña pasada en Cataluña
El año 2023 estuvo marcado por el déficit de producción en el norte de Italia debido a las heladas en Emilia-Romaña y por las inundaciones ocurridas en mayo en esta misma región.
La sequía que se vivía en la primavera de 2023 a ambos lados de los Pirineos también hacía temer pérdidas de cosecha en Cataluña, Aragón y Rosellón, pero las lluvias de mayo y junio finalmente permitieron regar y salvar gran parte de la producción.
Después de varios años deficitarios, la oferta fue más abundante durante 2023, lo que generó un mercado más pesado y precios de venta a la baja para los melocotones y las nectarinas, y especialmente para los paraguayos.