«En Patatas Beltrán cuidamos las patatas como se cuidan las manzanas»
José Beltrán Díaz, gerente de Patatas Beltrán.
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Fundación y aniversario
José Beltrán Osa comenzó joven en la actividad agrícola vendiendo en los mercados centrales la producción que recogía de la zona de Villena (Alicante), de donde era originario. Su actividad hortofrutícola fue creciendo y reconoció una escasez en los mercados de patata de industria, que le llevó a ir especializándose en esta tipología, como cuenta José Beltrán Díaz, hijo y actual gerente: “Tuvo la visión de que su consumo aumentaría a final de los años 60”. Y así fue, recorría toda la geografía española para buscar producción y poder almacenarla, en unos años donde aún las cámaras de frío no estaban presentes. Aunque comenzó antes, es en 1972 cuando fundó Patatas Beltrán, que finalmente celebraba el año pasado su 50 aniversario con tierras en Albacete, Cartagena y Sevilla.
Beltrán Osa supo identificar una falta de conocimiento en el mercado de variedades de frito, resultaba muy complejo encontrar patata para freír. “Mi padre tuvo siempre la curiosidad para intentar nuevos proyectos y, como reza nuestro slogan, la curiosidad es el motor de la vida”, afirma Beltrán Díaz, a quien su padre le inoculó desde pequeño el amor por el campo.
El actual gerente se incorporó a la empresa en 1992, tras una infancia muy apegada a la agricultura. Tras finalizar el instituto, Beltrán Díaz se une para ser un activo más dentro de la compañía. Pero en estos 50 años, como explica, ha habido momentos muy complicados, tanto a nivel productivo como económico, “esto ha sido lo que más nos ha enseñado, haber vivido situaciones difíciles nos ha dado el conocimiento para afrontar el futuro”, añade Beltrán hijo.
Pioneros
No solo por ser pionero en la producción de patata de industria en España será recordado Beltrán Osa, sino también por su curiosidad e interés. Éstas le llevaron a viajar por Europa estudiando nuevas formas de cultivo, importando tecnología de último diseño en años donde el campo adolecía gravemente de una falta de mecanización, “la primera cosechadora fue importada por él”, o buscando nuevas variedades que se adaptasen mejor a diferentes zonas.
Si bien la primera mitad de estos cincuenta años se centraron en el mercado nacional, con la incorporación de su hijo, Patatas Beltrán comienza a abrirse al exterior en 1998, como alternativa a un mercado que cada vez iba importando más y produciendo menos.
Recuerda Beltrán Díaz que su padre nunca dejó de intentar cosas nuevas alrededor de la patata, sin esconder que algunas de ellas fracasaron, aunque reconoce que el balance, echando la vista atrás, ha sido positivo.
Ventaja competitiva
El posicionamiento que tiene actualmente Patatas Beltrán es el resultado del “conocimiento de toda una vida”, un liderazgo que le ha permitido competir con países como Francia, Bélgica y Holanda, de mayor tradición patatera.
España competía con Europa productivamente, pero, actualmente, la superficie ha caído significativamente y el producto que más importamos es la patata. Y Beltrán lo tiene claro: “el sector no es especialista, no quiere invertir en instalaciones, hay grandes envasadores, pero no reinvierten en conservación”. Critica que España se haya autolimitado y no se le de un valor añadido a un producto reconocido por los mercados extranjeros. Por ello, apela al espíritu emprendedor que su padre aplicó durante toda su vida y el cual le llevó a profesionalizarse y diferenciarse. Se alegra de la revolución que se está produciendo en el envasado en España y confía en que pueda significar un impulso para que el sector aumente el nivel de profesionalización y mejore.
Lejos de quedarse en esa posición, Beltrán apuesta por seguir mejorando la competitividad de la empresa, para seguir a la vanguardia con nueva maquinaria, formas de cultivo, eficiencia energética y menor desperdicio alimentario.
Segunda generación
El modelo de negocio de Patatas Beltrán es, inevitablemente, muy familiar, cada uno de los cuatro hijos del fundador han ido incorporándose a la empresa para cubrir un departamento, algo que han complementado con personal muy cualificado y que aportan ese equilibrio entre la pasión y entrega recibida por José Beltrán, y las nuevas generaciones más preparadas y con nuevas ideas.
Sin embargo, este proceso de toma de posesión no se ha producido en el último año, como apunta José Beltrán hijo, sino que ha sido un proceso de décadas, donde han aprendido de todas las parcelas de la empresa. “Nuestra relación ha sido siempre muy cercana con nuestro padre y, después de tantos años, llegamos a un nivel tan alto de compenetración que coincidíamos en la estrategia a tomar sobre el cultivo”, recuerda.
Tanto sus hermanas como él han aprendido a hacer las cosas “bien hechas”. Patatas Beltrán es pionera en seguridad alimentaria y, aunque la regulación de la comunidad europea, limitando el uso de determinadas materias activas, está provocando muchas dificultades, lo tienen claro: “tenemos que hacer las cosas bien y adaptarnos a lo que viene, si no, nos quedaremos atrás”.
El esfuerzo-recompensa es otro de los valores que siguen presentes en las instalaciones de Alicante, “cuando consigues un reto, no ves tan difícil lograr otro más”, afirma Beltrán, cuyo fin último es que se reconozca su producto en el mercado, porque así se valora todo el esfuerzo que hay detrás de una patata.
Si echa en falta en el sector patatero un relevo generacional, durante sus viajes en los últimos años ha visto como los perfiles jóvenes son más abundantes en Francia u Holanda que en España, donde cree que todavía existe un estigma con los trabajadores del campo. Destaca cómo Holanda ha abrazado la agrotecnología como el único futuro posible y con gran cantidad de jóvenes que aseguran el porvenir del sector allí.
Futuro
En mitad de la tormenta que viene sufriendo el sector los tres últimos años, José Beltrán hijo es optimista con el futuro. Cree que aún hay un gran margen de crecimiento, confía en que el impulso que están realizando las envasadoras se traslade a la producción, y que la profesionalización sea conjunta, con una cadena en constante comunicación y colaboración que permitirá que se realicen más y mejores inversiones.
En el caso de su empresa, van a seguir apostando por la calidad, “no hay otra vía, y el ejemplo es la campaña pasada que, a diferencia del conjunto del sector, tuvimos buenos resultados, con buenos calibres y calidad”, analiza Beltrán, quien se enorgullece de no haber tenido ninguna devolución de la distribución.
Para alcanzar esa calidad, una de las características que más recuerda Beltrán de su padre ha sido la relación con la maquinaria de última tecnología, que les permitiese ser más eficientes y que facilitase el trabajo a los empleados. Así, mientras nos enseña las instalaciones y las cifras de inversión, nos transmite que su objetivo para ofrecer esa calidad es cambiar la mentalidad del trato a la patata y que se cuiden como a las manzanas en su manipulación.
El marketing es uno de los siguientes pasos que está dando la compañía, a través de nuevos formatos, una imagen que impacte y fidelice a los consumidores, y una estrategia de poner en valor la calidad y el esfuerzo que hay detrás de la patata.
Hitos
- La primera empresa en España que cultivó patata para freír.
- Introdujo la patata agria en España.
- Alcanzó como una sola empresa, no cooperativa ni unión de empresas, una superficie de 1.000 has, dato récord en toda Europa.
- Obtuvo rendimientos comparables a Francia con un clima más caluroso.
Semilleros STAT
Una de las ventajas competitivas de Patatas Beltrán es que controla toda la cadena, no solo desde la siembra, sino desde el desarrollo de las semillas. Carina Beltrán es la responsable de este departamento en la empresa, que tiene un acuerdo de colaboración con la casa holandesa STAT, empresa referente en semillas de patata.
“De esta manera, conseguimos desarrollar variedades que se ajusten a las necesidades de los sitios donde plantamos”, explica Carina Beltrán, quien recuerda que la empresa se encuentra en constante desarrollo para poder hacer frente a los desafíos climáticos que vive la patata hoy.