Campaña
El objetivo de Kiwi Atlántico para el ejercicio 22-23 es mantener la producción del año pasado, que viene con un menor calibre del fruto por el calor extremo que se ha vivido este verano, pero siempre manteniendo la calidad de un kiwi reconocible en los mercados con el contraste ácido-dulce que lo caracteriza.
Para minimizar los descensos de producción o posibles mermas por los efectos del cambio climático, la compañía ha aumentado su superficie con una nueva finca de 20 ha en Ribadeo, en el norte de Galicia. “Elegimos esta zona porque no hay escasez para el riego, tiene unas capacidades de agua muy elevadas, pero también trabajamos en la sostenibilidad reduciendo su consumo”, explica Piñero, quien añade que para el año que viene tienen planificadas otras 20 ha en la Comunidad Autónoma y están trabajando para complementar y diversificar otras zonas como en Cataluña y así reducir el riesgo del cultivo.
«Nuestra mayor apuesta es ofrecer suplementos naturales de vitamina C del kiwi»
Retos y proyectos
Para Piñero la prioridad es contrarrestar la escalada de costes que vive el sector, así como ellos como empresa. Han realizado una fuerte inversión para cambiar el calibrador, que permite realizar una mejor selección interna, “esto lleva una reducción de costes porque al final minimizamos la merma de producción y hemos apostado por la tecnología de última generación”, detalla Piñero, quien prioriza reducir a cero las mermas de producto.
Además de esta inversión, Kiwi Atlántico está centrada en su “mayor apuesta”, la planta de liofilización para poder hacer suplementos alimenticios naturales a partir de kiwi o snacks de kiwi. Su máximo objetivo es poder producirlo, ya que no hay ahora mismo en el mercado, y diferenciarlo del deshidratado: “Lo bueno de este sistema es que conseguimos el sabor real del kiwi y reducimos su merma para llegar al desperdicio cero”. Aunque el objetivo prioritario son los suplementos, por la demanda de este tipo de productos, por ejemplo, la vitamina C, con un origen completamente natural. La ventaja de esta tecnología es que no degrada nada las propiedades del producto y la intención de la compañía es empezar a funcionar en 2023 y ofrecer cierta gama de producto.
Además de la citada sostenibilidad, por los cambios que pueda traer el calentamiento global, Piñero enfatiza que el conjunto del sector debe implicarse en potenciar el relevo generacional y en minimizar la atomización del kiwi porque “aún no, pero en los próximos años lo vamos a notar”. El CEO indica que son las empresas las que deben incentivar este cambio, más sencillo en las grandes explotaciones que en las pequeñas. La rentabilidad en los minifundios añade complejidad donde, como concluye Piñero, “conseguir 20 ha, es complicado”.