Los candidatos a la presidencia de la Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI) velan armas, a falta de nueve días para la celebración de la asamblea general extraordinaria en la que se celebrarán las elecciones, anticipadas diez meses, tras la marcha de la gerente, Rosa Belmonte, con el objetivo de que la persona que acceda a este cargo lo haga con una directiva que tenga cuatro años por delante, buscando de esta forma la mayor estabilidad posible.
Cuatro son los candidatos que se disputarán el cargo mediante un procedimiento de listas abiertas: Miguel Vargas González, Ana Martín Papis, Pepa Miras López y Juan Cabeo González.
Miguel Vargas González accedió a la presidencia de la Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI) el 3 de mayo de 2014. Lo hizo con 537 votos, frente a los 419 de su contrincante, el entonces máximo mandatario, José María Andújar, después de unas elecciones al Consejo Rector anticipadas, en las que sustituyó a Andújar, en el cargo desde 2010.
Vargas es un hombre sereno, serio y de palabra. Tiene 58 años y lleva toda su vida dedicado al mundo de la agricultura, una vocación que ha heredado de sus antepasados. Gracias a esta tradición familiar, ha conocido los cultivos extensivos que se llevaban a cabo antaño, muy alejados de los avances tecnológicos que se conocen en la actualidad, con el uso de ‘bichitos’, sistemas hidropónicos o control de clima.
Vargas recibió de su padre una finca de 5.000 metros cuadrados con la que comenzó su actividad por su cuenta hace más de treinta años.
El actual presidente de CASI ya participó en la vida social de la cooperativa durante la época de la última legislatura del entonces mandatario Francisco Belmonte, cuando formó parte de su Consejo Rector, un mandato que concluyó en 2010, justo antes de la llegada de Andújar.
Este rodaje le ha venido como ‘agua de mayo’ para coger las riendas de CASI y dirigir con mano izquierda, aunque firme, los designios de esta entidad.
Para ello, las primeras decisiones que tomó se centraron en rodearse de gente de confianza suya y también del socio, pues su primer objetivo siempre ha sido normalizar la situación y ofrecer la máxima transparencia posible.
Si sale reelegido, tiene previsto dar continuidad y avanzar en los proyectos que ya tiene en marcha la cooperativa. Además, prevé consolidar la apuesta por diversificar la producción, cuya «experiencia piloto con pimiento ha dado muy buenos resultados»; también espera continuar creciendo en la línea de ecológico, con más superficie de producción, así como seguir con el proceso de expansión en el Poniente almeriense, tanto en instalaciones como en socios.
Ana Martín Papis
Considerada por muchos socios como una de las mejor situadas para ganar las elecciones el 20 de julio, Ana Martín Papis conoce los entresijos de la cooperativa y cuenta con numerosos apoyos, tras su trabajo como secretaria de la entidad, en el que permaneció hasta el pasado 28 de abril, fecha en la que presentó su dimisión.
Martín Papis trabajó muy duro, codo con codo con el actual presidente, una posición que puede resultar estratégica a la hora de intentar el ‘asalto’ a la presidencia.
Sus raíces están íntimamente ligadas a la agricultura. Su abuelo colaboró en el trazado del primer cauce para caudal de riego de la provincia y fue uno de los exportadores de uva de barril a Inglaterra y Alemania. Después, su padre y su hermano han continuado con la tradición familiar. Unas raíces de las que se siente muy orgullosa, de ahí que haya decidido continuar sus pasos y acumula ya tres campañas cultivando tomate cóctel, que va rotando con melón.
«Yo nací y me crié en un cortijo. Con 18 años me fui a estudiar a Madrid y soy oficial del Registro de la Propiedad. Cuando se jubiló mi marido, me puse manos a la obra también como agricultora», explica.
A su juicio, gane quien gane el 20 de julio, «tenemos la responsabilidad de dar continuidad a esta herramienta tan importante que tenemos entre manos, somos portadores de un gran legado», señala. Respecto a algunas de las líneas maestras de su proyecto, en el caso de ganar las elecciones, pasan por conocer el retorno de cada proyecto iniciado, pues considera que hay herramientas suficientes para ello. También cree que hay que recuperar el protagonismo perdido por parte de la cooperativa: «No podemos ser débiles, tenemos que recuperar la fuerza que tuvimos».
No se olvida de los recursos humanos. «Hay que rodearse de los mejores profesionales para que haya una repercusión directa en los socios y que los agricultores vean recompensado su esfuerzo con un precio digno», apunta.
Pepa Miras, de 60 años, quiere recuperar el orgullo de ser agricultor «porque es la tarea más noble del mundo» y considera injusto que la parte más pequeña de lo que mueve el sector, directa o indirectamente, vaya para el productor.
Con una experiencia en el campo de más de 20 años, la filosofía de Juan Cabeo González pasa por trabajar sobre seguro, con solvencia. «Yo no debo nada a nadie y creo que esta es una de las claves». A su juicio, al socio se le aprieta mucho, pero no recibe lo que debería a cambio, por lo que apuesta por una mejor comercialización.
Empezó a trabajar en CASI con 12 años y hoy tiene 50. Cuenta con una finca de 15.000 metros cuadrados en el Barrio de San Vicente (El Alquián). Su lema, que «gobierne quien gobierne, sanee la cooperativa, que no la entrampe más, hacer ahorrar al socio en costes y darle más rentabilidad».
Fuente: elalmeria.es