El próximo 1 de enero de 2023 España actualizará su legislación en materia de envases para alcanzar los objetivos de reducción incluidos en la Estrategia Española de Economía Circular, que persigue reducir a la mitad el plástico de un solo uso para 2030. Ante un reto tan ambicioso y exigente, vamos a fijarnos en Francia, que ha aprobado una ley similar con vigencia desde el pasado 1 de enero de 2022, y que ya está sufriendo para adaptarse a la nueva norma. Es más, incluso han prorrogado seis meses la desaparición del plástico como consecuencia del stock acumulado aún por las empresas.
En el marco de Fruit Attraction 2021, desde la revista Mercados organizamos una mesa redonda para analizar si esta ley puede poner en riesgo el sector hortofrutícola, en la que participó, entre otros, Carmen Sánchez, directora técnica de Itene, quien expuso los pormenores del proyecto de Real Decreto que prepara el Gobierno.
Francia espera que este nuevo reglamento elimine alrededor de 1.000 millones de envases de plástico al año
La obligación de eliminar el plástico en frutas y hortalizas en confecciones menores a 1,5 kilos incidirá directamente en los productos de IV Gama y V Gama: “Serán de los más afectados”, afirmó. Ante esta realidad, el sector debe hacer frente a diferentes cuestiones a lo largo de un camino que finalizará en 2023; y aquí recogemos algunas de las demandas y necesidades que deben tratarse para evitar el “caos” que ya están sufriendo en Francia:
• La interprofesional gala Interfel, de la mano de su presidente Laurent Grandin, denunció las prisas y la falta de consulta con el sector. En España, ambas partes son conscientes de la agenda de sostenibilidad 2030 y la necesidad de reducir el exceso de plástico que genera el sector, pero desarrollar alternativas y su aplicación en productos tan delicados requiere tiempo. La comunicación y flexibilidad serán clave en este proceso.
• Alternativas como el cartón, redes de celulosa o bolsas de papel se presentan como solución a esta coyuntura, pero de igual forma deberían ofrecer las mismas garantías de conservación y frescura que aporta el plástico.
• La actual coyuntura económica, en la que los costes de materias primas están disparados, es un agravante (desde diferentes sectores apuntan a subidas del 20-25%). Agregar a esta ecuación el incremento de estos nuevos envases puede resultar fatal para muchas empresas. Las soluciones de sostenibilidad deben venir acompañadas de rentabilidad.
• Ámbito de aplicación. En Francia señalaron desde el primer momento que esta prohibición del plástico no podía ser solo válida para su propio país, ya que supone una distorsión de la competencia en el mercado europeo. Incluso varias organizaciones y asociaciones han presentado recursos ante el Consejo de Estado, incluidas Plastalliance, Interfel y la Federación Francesa de Cooperación de Frutas, Verduras y Horticultura.
Hay mucho trabajo por hacer aún en este 2022 antes de que una ley tan ambiciosa como necesaria sea aplicable a un sector innovador, pero con muchos otros frentes abiertos de igual relevancia para su propio futuro.
Situación actual del consumo de IV Gama en frutas y hortalizas en España
Frutas
Los últimos datos actualizados del Ministerio de Agricultura muestran que 2020 no fue positivo para la compra de frutas de IV Gama, ya que, con respecto al año 2019, sus ventas descendieron en volumen un 8,6%. Es la caída más significativa dentro del segmento de frutas. Mientras, el valor del mercado cierra en positivo, con una variación del 2%, como consecuencia del incremento en el precio medio del 11,7%, hasta los 1,90 €/kilo.
Los hogares españoles destinan a la compra de estos productos el 0,41% del presupuesto medio asignado para la compra de alimentación y bebidas, lo que se corresponde con un gasto de 7,12 € por persona y año; cantidad que aumenta un 1,8% respecto al dato de 2019.
El consumo per cápita de frutas IV Gama fue de 3,74 kilos por persona y año, contrayéndose un 8,8% con respecto al año anterior.
Hortalizas
La compra de verduras de IV Gama aumentó un 1,7% al cierre del año 2020. En valor, este tipo de productos crecieron un 4,3% con respecto al año 2019 a consecuencia del incremento en el precio medio (2,5%), lo que llevó a cerrar en 2,70 €/kilo.
Esta categoría de alimentación representó un 1% del presupuesto total destinado a la compra de alimentación de los hogares. Su correspondencia en volumen alcanza también casi el 1%.
El consumo per cápita de hortalizas y verduras de IV Gama se sitúa en 6,66 kilogramos por persona y año, una cantidad un 1,5% superior a la ingerida en el periodo anterior; mientras que el gasto por persona en el año 2020 ascendió a 17,95 €, superior en un 4% a lo invertido en el año anterior, el equivalente a gastar 0,69 € más por persona.