Philippe Binard, Freshfel: «El sector responde a las preocupaciones medioambientales y sociales»
Philippe Binard, delegado general de Freshfel Europe.
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El sector de las frutas y hortalizas atravesó en 2022 un año de turbulencias, marcado por una creciente sucesión de crisis que le están afectando. Además, tiene que responder a dos grandes desafíos: aumentar el consumo de frutas y hortalizas frescas en el marco del Pacto Verde Europeo, la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’ y el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, mientras hace frente al aumento de los costes de los insumos de producción, la crisis energética, la guerra en Ucrania y otras dificultades logísticas que amenazan las oportunidades que habían aparecido tras la crisis del COVID.
Al lidiar con éxito con las sucesivas crisis, el sector ha demostrado su capacidad de adaptación y perseveración. También, desde hace más de 20 años, se ha embarcado en un ‘viaje’ para abordar las preocupaciones sociales y medioambientales actuales.
Por lo tanto, cuenta con un buen posicionamiento para cumplir con la mayoría de los objetivos de la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’, a pesar de que todavía se necesitan algunas inversiones adicionales ante los cambiantes retos medioambientales y climáticos. Desgraciadamente, el aumento de los costes, unido a la presión sobre el poder adquisitivo de los consumidores, están cuestionando que el sector pueda alcanzar los objetivos del Pacto Verde, ya que su rentabilidad se ve amenazada.
La crisis del COVID ha demostrado que las frutas y hortalizas constituyen un sector esencial. La estrategia ‘De la granja a la mesa’ recomienda a los consumidores que adopten una dieta basada en productos vegetales. Por sus activos medioambientales, el sector también debe considerarse parte de las soluciones del Pacto Verde, ya que contribuye a la captura de carbono que, en última instancia, permitirá a Europa alcanzar la neutralidad en 2050.
Según la Fundación Barilla, las frutas y hortalizas frescas tienen el menor impacto medioambiental y los mayores beneficios para la salud. Es necesario valorizar mejor estos activos y se debe hacer más hincapié en la reputación de su posición dentro de la cadena alimenticia y el mayor valor para los consumidores, gracias al gran sabor, diversidad y el valor nutritivo único de consumirlas a diario.
El sector ha de tener capacidad de crecimiento para hacer frente a las oportunidades que surgen. Puesto que, a día de hoy, el consumidor medio en la UE consume solo unos 350 gramos per cápita al día de frutas u hortalizas frescas, debería tomar al menos una pieza adicional para llegar a las cantidades mínimas recomendadas. Eso supondría un suministro de 15 millones de toneladas adicionales.
«Si cada europeo tomara una pieza más para cumplir la recomendación de la OMS, habría que producir 15 millones de Tn adicionales»
El sector necesita coherencia en las políticas europeas para tener acceso a las herramientas de producción adecuadas y hacer frente a los nuevos obstáculos climáticos y a las nuevas plagas y enfermedades, produciendo en un entorno competitivo y rentable para garantizar una diversidad de frutas y hortalizas que ofrezca a los consumidores precios asequibles. Debe seguir reforzándose para desarrollar todo su potencial en beneficio del planeta, los consumidores, los productores y otros actores.
Este año Freshfel no cesará en su labor de representar al sector. Continuará abordando sin descanso, con el apoyo profesional de sus miembros, los diversos retos: el sistema alimentario sostenible, la nueva norma europea sobre envasado, el uso sostenible de plaguicidas, las consecuencias del cambio climático, la inflación, los obstáculos logísticos, el acceso a mercados de terceros países, la reforma de la política de promoción, la aplicación de la nueva PAC y, por último, pero no por ello menos importante, el seguimiento y la estimulación del consumo. La agenda está repleta de temas importantes.