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22 Dic 2024 | Actualizado 11:30

Revista del Sector Hortofrutícola

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El sector agroalimentario registra una cifra histórico de ventas de 54.840 millones de euros

El documento, que ha sido presentado hoy por el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, en un acto clausurado por el ministro de Agricultura, Luis Planas, analiza la aportación del sector primario, la industria transformadora y la distribución de alimentos y bebidas a la economía española.

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El ‘Observatorio de Cajamar sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo’ constata en su informe de 2020 un crecimiento del 5,3 % en el valor añadido del sector primario (agricultura, ganadería y pesca). Un dato positivo que, aunque no ha permitido compensar el retroceso de la industria y la distribución, mucho más afectados por los efectos de la pandemia, sí ha limitado la contracción del sector en su conjunto al -2,5 %, frente a la caída del -10,8 % del PIB nacional. 

El sector destaca por su productividad, un 38 % superior a la media de la UE-27, y por el avance de las exportaciones, que han vuelto a registrar un máximo histórico de ventas, 54.840 millones de euros, un 2,3 % más que en 2019, ha destacado el presidente de Cajamar Eduardo Baamonde, para quien “estos datos ponen de manifiesto que en 2020, tras declararse la pandemia, el sector agroalimentario ha reforzado su importancia como sector estratégico al garantizar el abastecimiento de alimentos a la población confinada, así como la continuidad del empleo y la actividad económica”.

España es uno de los países más afectados por la crisis de la covid-19, con una caída del PIB  y el empleo del    -10,8 % y el -5,2 %, respectivamente. Aunque el sector agroalimentario (incluida la distribución) también ha sufrido las consecuencias de la crisis, el descenso registrado en valor añadido y empleo (estimado en el -2,5 % y -4,6 %, respectivamente) reflejan un mejor comportamiento que la economía en su conjunto. Especialmente destacable ha sido la evolución de la actividad primaria (agricultura, pesca y ganadería), que ha demostrado su carácter estratégico con un crecimiento de su valor añadido del 5,3 % en un año tan adverso. Sin embargo, los buenos resultados del sector primario no han sido suficientes para compensar los efectos de la pandemia en la industria agroalimentaria y la distribución. Esta última se ha visto perjudicada por las restricciones al canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), amortiguadas, en parte, gracias al aumento del consumo de alimentos en los hogares.

Pese al descenso del -2,5 % registrado en el valor añadido, el sector agroalimentario (sector primario, industria y también distribución) ha aumentado ligeramente su peso en el PIB nacional hasta suponer el 9,7 % del total, 0,8 puntos más que en 2019 y 3,2 puntos por encima de la media europea (6,5 %). Esto demuestra la mayor especialización de la economía española en este sector. En total, el valor añadido del agroalimentario en España asciende a 99.355 millones de euros. Con estas cifras, nuestro país se sitúa como la cuarta economía del sector agroalimentario de la UE, ya que aporta el 12,7 % del VAB comunitario del sector. España es el principal productor de ganado porcino, aceite de oliva y cítricos de la UE-27, con una cuota de mercado del 21,7 %, 40,5 % y 61,1 %, respectivamente. 

La crisis causada por la pandemia ha tenido también consecuencias negativas sobre el empleo, según revela el ‘Observatorio de Cajamar sobre el sector agroalimentario  español en el contexto europeo’, elaborado en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y que esta mañana ha publicado su informe de 2020. El estudio concluye que la mayor caída de empleo se ha dado en el sector primario (-7,7 %), seguida de la industria de la transformación (-6,2 %) y el comercio (-2,1 %). En total, el sector agroalimentario ha sufrido un descenso del número de ocupados del -4,6 %. Aun así, el empleo del sector representa el 11,7 % del total de ocupados en España, con 2,27 millones de trabajadores y trabajadoras. 

El informe incorpora un amplio sistema de indicadores que muestran las principales dimensiones económicas del sector, lo que se traduce en un profundo análisis de toda la cadena de valor para ofrecer una visión conjunta de su aportación a la economía española, cuantificando también su contribución en el conjunto de la Unión Europea. En este sentido, el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, ha manifestado que este documento aporta una información clave para conocer la evolución del sector y especialmente este año para adoptar decisiones sobre inversiones futuras a realizar con los fondos comunitarios y en concreto con los fondos Next Generation.  

Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y coautor del informe junto a la economista Jimena Salamanca, ha ofrecido asimismo las principales claves de esta cuarta edición del Observatorio, que analiza temas como el peso del sector en la economía, características del empleo, evolución de precios, productividad y competitividad, exportaciones o esfuerzo inversor en I+D. Esta edición contiene además un estudio sobre la sostenibilidad del sector y sus avances en la transformación hacia un modelo de negocio que contribuya a la protección del medioambiente. 

Productividad y competitividad del sector 

En la presentación, Maudos ha destacado que la productividad del sector agroalimentario (valor añadido por ocupado) se sitúa un 38 % por encima de la de la UE-27, y que es mucho más competitivo que el europeo porque sus costes laborales por unidad de producto (CLU) son un 32 % más reducidos. En comparación con la media de Europa, destaca sobre todo la elevada competitividad del sector primario (sus CLU son un 71 % más reducidos), siendo también más competitiva la industria de la transformación (con un CLU un 18 % inferior a la UE-27). En cambio, el sector de la distribución de alimentos y bebidas en España es un 5 % menos competitivo que la media europea. 

Exportaciones

En cuanto a las exportaciones, durante 2020 y a pesar de la pandemia, volvieron a registrar un máximo histórico al alcanzar los 54.840 millones de euros, tras crecer un 2,3 %, casi cuatro veces más que la media europea. Por productos, destaca el aumento del 23,5 % de las ventas al exterior del sector porcino, gracias a la mayor demanda de China, que vio mermada la producción interna a causa de la peste porcina africana. El sector agroalimentario aporta el 20,4 % del total de las exportaciones de bienes de España y es la cuarta economía exportadora de la UE-27 con el 10,3 % de las exportaciones agroalimentarias comunitarias. 

España encadena dos décadas ininterrumpidas de superávit comercial del sector agroalimentario, pero el crecimiento registrado en 2020 fue muy importante, ya que se elevó un 25,4 % hasta situarse en un máximo histórico de 18.429 millones de euros, el segundo superávit más alto de la UE-27 por detrás solo de Países Bajos. 

La UE-27 es el primer destino de los productos agroalimentarios españoles y concentra el 63,4 % de las exportaciones. Dentro de Europa, Francia (15,6 %), Alemania (11,9 %), Italia (8,9 %) y Portugal (8,4 %) son los principales mercados. Tras el Brexit, Reino Unido se ha convertido en el país con la mayor cuota de exportaciones españolas (7,9 %) de fuera de la UE, seguido de China (6,8 %) y Estados Unidos (3,7 %), que va perdiendo peso como destino de las ventas al exterior del agroalimentario español.

En 2020, la fruta y frutos comestibles son los principales productos agroalimentarios que ha exportado España y concentran el 18 % del total de las exportaciones. 

Por otro lado, el informe destaca el crecimiento del 1,1 % en el número de empresas exportadoras del sector, que alcanza las 18.077 compañías, lo que es un rasgo a remarcar en el contexto de la crisis de la covid-19. También en este aspecto, la resiliencia del sector agroalimentario ha contrastado con la destrucción del tejido productivo exportador en el país durante 2020, con la desaparición del 6,3 % de compañías exportadoras en el conjunto de sectores productivos.  

Sobre este tema, Roberto García, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, ha puesto en valor la progresiva diversificación del destino de nuestras exportaciones. “Si en el año 2008 los 27 países que conforman la actual Unión Europea representaban el 72,6 % de nuestras ventas al exterior, actualmente suponen el 62,8 % por el incremento de las ventas en otros mercados”, ha precisado.

Esfuerzo inversor en I+D

Por lo que respecta a la inversión empresarial en I+D del sector agroalimentario, el Observatorio la cifra en 354 millones de euros en 2018 (último dato disponible), lo que representa un crecimiento del 11,7 % respecto al ejercicio anterior. Este incremento casi duplica al registrado por el sector en la UE-27 (6,5 %) y ayuda a disminuir la brecha que todavía existe con Europa, ya que el esfuerzo inversor del sector agroalimentario está por debajo del europeo desde hace más de diez años (0,61 % de su VAB frente al 0,75 %, en 2018).

Medioambiente y sostenibilidad

El informe 2020 del  ‘Observatorio de Cajamar sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo’ incluye un análisis sobre los avances experimentados en la sostenibilidad del sector y su papel en la protección del medioambiente, retos muy presentes en los fondos europeos destinados a hacer frente a la crisis de la covid-19. En este sentido, el estudio destaca que España es ya el segundo productor de carne orgánica de la UE-27, al aportar el 18,7 % del total, solo por detrás de Francia. En 2019, el 8,2 % del área agrícola española se ha convertido a cultivo ecológico, lo que la sitúa en una posición intermedia en la UE. 

En cuanto a la contaminación derivada del sector, el informe afirma que concentra el 21,6 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la economía española en 2019 (último dato disponible), lo que supone un total de 55 millones de toneladas de gases de este tipo, un 1,6 % menos que en el año anterior.

Roberto García ha remarcado en relación a este apartado, introducido como novedad en el informe de este año, “el interés de seguir profundizando en la medición del impacto que tiene la actividad agroalimentaria sobre la sostenibilidad y el medio ambiente, y la importancia de poner en valor también su capacidad para ser fijador de CO2 y, por tanto, mitigador del cambio climático”.

Cesta de la compra y precios

El documento estudia también la variación de precios y el coste de la cesta de la compra de productos agroalimentarios en España y su comparación con la Unión Europa. En 2020 el precio de los alimentos ha aumentado en España un 1,1 %, idéntico valor al de la UE-27. Considerando tanto el nivel de precios como el nivel de renta del consumidor, el acceso a los alimentos es un 5,6 % más barato en España que en la UE-27. Más baratos aún son las bebidas no alcohólicas y alcohólicas, que cuestan un 7,6 % y un 11,9 % menos, respectivamente, que en la UE-27.

Los hogares españoles destinan el 24 % de la cesta de la compra a la adquisición de alimentos y bebidas, frente al 20,3 % de los hogares de la UE-27. La mayor parte de ese porcentaje (21,3 %) se utiliza para la adquisición de alimentos, mientras que el peso de las bebidas alcohólicas en España es el segundo menor, solo por delante de Grecia (1,2 % frente al 2,2 % de la media europea). En 2020, el peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra se ha incrementado en España un 22 %, casi el doble que en la UE-27. El mayor consumo de alimentos en el hogar en un contexto de confinamiento y restricciones a la movilidad con motivo de la pandemia explica este aumento del peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra en 2020.

Durante la presentación del Observatorio, Joaquín Maudos ha destacado asimismo “el carácter estratégico y resiliencia del sector agroalimentario que se ha puesto de manifiesto durante la pandemia. De cara al futuro, el sector debe enfrentarse a los retos derivados de la reducida dimensión de sus empresas y el déficit de inversión en I+D+i. Para hacer frente a estos retos, debe aprovechar la oportunidad que brindan los fondos europeos de recuperación, encaminados a incrementar la digitalización y de paso mejorar su sostenibilidad contribuyendo a la protección del medioambiente”.

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