A pesar de la mala situación meteorológica, el descenso de la producción, la reducción de la productividad debido a las nuevas medidas de seguridad y las dificultades de transporte en los controles sanitarios fronterizos, las ventas de cítricos de España a otros países alcanzaron su récord histórico en marzo, con 499.291 de toneladas exportadas. Esto aún con las restricciones en las ventas a destinos importantes como Estados Unidos (debido a los aranceles) o China (por el surgimiento de la crisis sanitaria).
El Covid-19 ha provocado que en este final de campaña haya un aumento del consumo tanto a nivel español como europeo y el cierre de fronteras, junto a las dificultades comerciales en algunos países terceros (fundamentalmente Egipto y Turquía), han beneficiado a nuestras variedades tardías de mandarinas y naranjas.
«En momentos de extrema dificultad, el sector español ha demostrado una vez más que es el proveedor europeo más seguro, con los estándares de calidad más estables y elevados», dice Inmaculada Sanfeliu, Directora General del Comité de Gestión de Cítricos.
Un balance que no se refleja en los beneficios
La sectorial de cítricos de La Unió de Llauradors ha realizado balance de la actual campaña de cítricos 2019-2020 -ya a punto de concluir- y expone que las cotizaciones percibidas por los productores se han incrementado de forma muy significativa. De hecho, el precio medio de la campaña actual ha sido de 0,41 euros/kg por los 0,23 €/kg de la pasada, lo que significa un 82% más.
No obstante, los ingresos percibidos no se han incrementado de la misma forma. Tan solo lo han hecho en un 20% en la relación a la pasada campaña, y ascienden a 841,22 millones de euros, frente a los 701,55 de la anterior. También hay que tener en cuenta que la diferencia entre la producción estimada para esta campaña en relación a la producción finalmente comercializada de la anterior es un 17% inferior.
Lo que más ha influido en el corto beneficio de los agricultores fueron los tratos de compraventa, que se hicieron antes de las subidas de precio. En este sentido cabe señalar que “cuando la campaña funciona mal y a la baja se le renegocian los precios a la baja a los productores, pero eso no sucede al alza si va bastante bien como en la actual”, manifiesta La Unió de Llauradors.
Las variedades tempranas, las menos provechosas
Además, el buen comportamiento en las cotizaciones no es uniforme en todas las variedades. Las variedades tardías, sobre todo en naranjas, son las que han obtenido mayores ingresos, aunque el productor finalmente no ha podido aprovecharse del todo, por lo que mencionamos anteriormente.
En cambio, en las variedades más tempranas los incrementos de precios sobre la pasada campaña han sido insignificantes y no compensaron la reducción de la producción, por ello los ingresos para los citricultores han resultado más bajos.
Alicia Narváez Balboa