La piedra causó devastadores daños, con una afección media del 50% y en los peores casos hasta el 100% de la cosecha, en plena campaña de recolección de caquis y variedades tempranas de mandarinas y naranjas. Tanto es así que, según testimonios asociados de AVA-ASAJA, la intensa tormenta destrozó campos enteros que iban a ser recogidos a partir de este martes, es decir, algunos agricultores no han llegado a recolectar nada por solo tres días.
La franja afectada fue estrecha, de apenas un kilómetro de ancho, pero larga, ya que incluyó numerosos términos municipales de La Ribera Alta tales como Benimodo, L’Alcúdia, Massalavés, Guadassuar, Alzira, Benimuslem, Alberic y Carcaixent, entre otros.
AVA-ASAJA subraya que muchos agricultores han perdido buena parte o incluso la totalidad de la producción en una temporada en la que tanto para el caqui como para los cítricos, los precios en origen son razonables debido al equilibrio entre la oferta existente y la demanda empujada por el COVID-19.
En el caso del caqui, la piedra se convierte en la gota que colma el vaso porque viene a agravar la drástica disminución de cosecha tras los efectos de la anomalía climática en primavera y la incidencia sin precedentes de las plagas y enfermedades (cotonets, moscas blancas y necrosis foliar), que se sitúa en el 50% del aforo potencial del cultivo. A las parcelas que alcanzan un 100% de afección, cabe sumar muchas otras con niveles de daños del 70% u 80%, donde tampoco entrarán los collidors porque los costes de mano de obra no permiten compensar los ingresos previstos.
La organización agraria solicita a Agroseguro que agilicen las peritaciones para abonar las indemnizaciones oportunas, mientras que a las administraciones les reclama la puesta en marcha de medidas fiscales para paliar las pérdidas de los agricultores afectados, entre ellas una contundente rebaja de módulos de cara a la próxima declaración de la renta.