Cuando hemos preparado el perfil de Moriña nos ha sorprendido positivamente, al buscar más información sobre su trabajo y trayectoria, su presencia en vídeos y artículos al frente del área tecnológica y digital de Cuna de Platero. Ello implica una clara apuesta de la empresa onubense por la incorporación de profesionales jóvenes, formados y con experiencia para un puesto de responsabilidad.
Estudió Ingeniería Informática en la Universidad de Huelva, especializado en la rama de Sistemas, inició su trayectoria formativa en el área del hardware, la maquinaria. Sin embargo, fue centrándose en la computación y software, no solo para hacer programas si no para profundizar en la inteligencia artificial. “Esta es una rama cada día más presente en todos los sectores y los informáticos trabajamos para hacer algoritmos que imiten a la mente humana”, apunta Moriña. Ya desde la universidad comenzó a realizar proyectos relacionados con la agricultura, “en su momento me sorprendió… lo último que piensas es que este sector sea puntero tecnológicamente hablando, y la realidad es que es de los sectores donde más se invierte en esta materia”.
Antes de llegar a Cuna de Platero, en ADESVA formó parte de un proyecto de robótica de recogida de fresas. Sus trabajos en Huelva siempre han estado relacionados con el sector de la fresa. Por ejemplo, un algoritmo que reconociera la fresa y calculara el grado de maduración óptimo para la recolección.
Sin embargo, su trayectoria cambia cuando llega a Cuna de Platero para gestionar la transformación digital de la empresa, hace ahora casi 5 años. Un rol en el que, aunque no estaba especializado, llevó adelante con los buenos resultados que conocemos.
No se esconde al reconocer que era la primera vez que afrontaba un proyecto de estas dimensiones, pero la colaboración de los compañeros y agricultores redujo la resistencia al cambio de una empresa del sector primario. “Cuando hablas con ellos, saben explicarte su trabajo y los problemas a los que se enfrentan. Automatizar y digitalizar un proceso es una tarea compleja cuyo punto de partida es el conocimiento de aquellas personas que llevan años realizándolo. Lo bonito reside en cómo podemos ayudarles”, añade Benito.
Esta digitalización también la ha visto en el mercado, tras 5 años en el sector, la evolución ha sido muy grande, aunque considera que no sea ni la punta del iceberg de lo que está por llegar.
Cuando hablamos de transformación digital hablamos de industria 4.0, es decir, todo está orientado actualmente al ámbito de la fabricación. Sin embargo, él cree que la revolución digital vendrá ya no tanto de la mecanización como del uso de sistemas que interpreten una amplia gama de variedades y que ayuden en la toma de decisiones. Todo esto se engloba en el conocido término de Machine Learning y sus derivados: Big Data, algoritmos predictivos, las redes neuronales… “Las máquinas no están para sustituirnos, ni para complicarnos la vida, sino para ayudarnos. Cuando te encuentras con un volumen de datos pequeño, cualquier persona que trabaje en el ámbito que tratan puede interpretarlos, pero cuando hablamos de miles de millones, tienes que dejárselo a una máquina que se encargue de sacar patrones difíciles para el ojo humano, así como discriminar aquellos datos importantes de los que no lo son”, expone Moriña. Además, nos pone de ejemplo la edad del plástico, algo que a priori no parece importante en una previsión de cosecha o de campaña, pero que resulta incidir directamente en el rendimiento de la producción en el campo. Toda esta información es mucho más sencilla de analizar para las computadoras.
Se siente orgulloso de haber conseguido integrar en Cuna de Platero la gestión de oficinas con las operaciones de almacén. Antes había separación entre la gestión, la recolección y la fabricación, “ahora, el departamento financiero no tiene que llamar a nadie para saber qué ni cuánto se ha vendido a un cliente, el equipo de fabricación no hace falta que se comunique con un comercial para saber cómo se tiene que fabricar un pedido, ni el agricultor en el campo tiene que preocuparse por saber el formato que tiene que recolectar”, explica Moriña.
Confía en la incorporación de los jóvenes a los puestos de responsabilidad y en el rejuvenecimiento del sector, y cree que las próximas generaciones, nativos digitales, darán un salto importante en su desarrollo.
Confirma que en Cuna de Platero también se está produciendo el relevo generacional, aunque escalonadamente, combinando experiencia y juventud, “este tipo de cambio es el que me gusta más, porque estás codo con codo con alguien que te forja, que te guía, que tiene más experiencia que tú y que te ayuda, no solo de forma profesional, sino también como persona”.
Concluye lanzando un mensaje optimista y realista a los más jóvenes que terminan su formación y aún no tienen determinado su camino en la Informática: “hay vida más allá de hacer una app y que se haga viral. Es más fácil y productivo ayudar a sectores que están en tu tierra a avanzar en tecnología”. Reclama a las empresas y cooperativas que proyecten más información y comunicación sobre lo que hay detrás de su trabajo diario. “Piensas que en una cooperativa solo necesitan personas que sepan de campo y deberíamos transmitir más todo lo que se está haciendo y los trabajos que realmente desarrollamos”, finaliza Moriña.
1 comentario en ««El nivel actual de digitalización no es ni la punta del iceberg de lo que viene»»
Cuando entremos en la teoría de cuerdas y la aplicación del método cuántico, entonces empezaremos a ver efectos inverosímiles….o milagrosos, según quien lo interprete.