Esta legislación referida a la Directiva 2019/904 relativa a la reducción del impacto ambiental de determinados productos de plástico- y, recientemente, en el ámbito nacional, en el anteproyecto de Ley de Residuos y la Estrategia Española de Economía Circular. De hecho, las empresas de supermercados aplican desde hace años planes de gestión y prevención de residuos que, en muchos casos, se adelantan a la normativa.
“El problema al que nos enfrentamos como sociedad no es generar un residuo que, a veces, resulta inevitable, sino no separarlo ni tratarlo adecuadamente para evitar que se convierta en desperdicio. Hacerlo, depende de todos, para que la economía circular sea una realidad toda la cadena deberá trabajar en cerrar el círculo, desde el productor de materia prima hasta los recicladores, pasando por la distribución, el consumidor y las administraciones públicas”, dijo Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS.
Nueva generación de envases en los lineales
Dentro de los envases más visibles para los consumidores, las cadenas trabajan en sus productos de marca propia y con los proveedores –especialmente de fruta y verdura- para aplicar criterios de reducción y ecodiseño de manera que se avance hacia el objetivo de 100% reciclable o compostable. Además, muchas cadenas han dado ya pasos adelante para alcanzar las metas recogidas en la normativa, como la venta de menaje de un solo uso (platos, vasos, cubiertos, pajitas…) hecho con productos biodegradables.
Otro campo de trabajo es la búsqueda de alternativas a las bandejas de poliestireno y el film que se utiliza para dispensar los productos en las secciones de carne y pescado asistidas y en los recipientes de las secciones de comida preparada, avances que muchas cadenas ya aplican con el uso de materiales respetuosos con el medioambiente y que llegaran a la mayoría antes de fin de año.
Además, la política de sustitución de bolsas de plástico de un solo uso por alternativas de plástico reciclado y reciclable es un ejemplo de economía circular por la que se puede reducir el plástico puesto en el mercado en torno al 80%. En este sentido, uno de los hitos de los supermercados fue el “Pacto de la Bolsa” suscrito en 2008, disminuyendo hasta en un 85% su demanda; ahora, las cadenas han dado un paso más con la introducción en sus líneas de caja y secciones de bolsas de otros materiales, como el papel, rafia de material recuperado y plástico compostable, además de mallas reutilizables. Sin embargo, estas medidas de reducción y reutilización deben venir acompañadas de otras, como, por ejemplo, una correcta información al consumidor sobre el final de la vida útil de una bolsa de plástico compostable.
Altos niveles de recuperación y reciclaje en las plataformas logísticas
Por otra parte, en lo que se refiere a los envases comerciales –los que se utilizan en plataformas logísticas y en tiendas- la reducción y recuperación de materiales alcanza, año tras año, cotas más altas.
La reducción del consumo de materiales se ha situado en los últimos dos años en tasas próximas al 10% en el caso del plástico y al 20% en el caso del papel y cartón; mientras que los porcentajes de reciclado alcanzan valores que rondan el 80%. Con sistemas de logística inversa muy avanzados –por los que los residuos se recuperan para su reutilización-, los kilos de plástico recuperados al año han oscilado entre 3.000.000 y 200.000 en función del tamaño de las cadenas; mientras que los de cartón y papel alcanzan entre los 60.000.000 y los 3.000.000 kilogramos. Estos materiales recuperados tienen como destino su reutilización en las propias cadenas o en gestores autorizados.