El descenso en las expectativas económicas y de ingresos «destruye» el gasto familiar
Las expectativas de la población europea siguen ancladas en la desconfianza hacia el comportamiento económico de los países, los ingresos de los hogares y el gasto familiar, tal y como confirma el último estudio sobre el Clima de Consumo de septiembre.
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En Europa el comportamiento es similar, aunque no tan pronunciado: las expectativas económicas de la población respecto a sus países han caído ligeramente dos puntos hasta los -12, mientras las previsiones de ingresos lo hicieron tres, llegando a un -16. La disposición a comprar se ha mantenido estancada en un profundo -30.
GfK, consultora reconocida por su índice de confianza del consumidor alemán, analiza mensualmente las percepciones de los habitantes de 29 países europeos. Para ello emplea datos propios en Alemania, Polonia y Reino Unido, así como información recogida por otras instituciones bajo la coordinación de la Comisión Europea.
Un valor negativo del índice indica que el porcentaje de entrevistados pesimistas respecto al futuro es superior al porcentaje de los optimistas. Un índice positivo indica que los optimistas son mayoritarios.
Expectativas económicas: España, descenso de más de 10 puntos
Los resultados de septiembre confirman la vuelta al desánimo de la población española respecto a la marcha de la economía de nuestro país, algo ya detectado en agosto tras la leve tregua veraniega de junio y julio. Con una caída de 11 puntos en el indicador de expectativas económicas, el valor se coloca en -17 puntos. Un dato similar al obtenido en abril, que nos sitúa en la posición 17 – con 13 puestos de caída respecto al mes anterior – entre los 29 países y a 5 puntos de la media de la UE (-12).
España es junto con Grecia, Finlandia y República Checa (que caen 19, 18 y 13 puntos respectivamente) uno de los estados con la bajada más acusada en una región donde se observa de forma general un sentimiento de desesperanza: solo Lituania registra un valor positivo (+7).
Si nos comparamos con las cuatro grandes economías del continente, comprobamos que, al igual que España, no han logrado salir de la negatividad a pesar de haber experimentado una mejoría durante el último mes. Tal es el caso de Alemania que sube tres puntos, pero queda en -3, Italia que aumenta 2 puntos hasta los -6 y Reino Unido, que con una subida de 7 puntos se ubica en -11. Francia (-16) es la única de las potencias que, junto a nuestro país, mantiene los valores negativos y además ha sufrido un empeoramiento de 5 puntos en este indicador.
“Al analizar el retroceso de las expectativas económicas en España, se tiene la impresión inicial de que es el resultado de la coyuntura política, obviando así la mejoría en indicadores macroeconómicos como por ejemplo el PIB. Una segunda mirada nos da a entender que formamos parte de Europa y que vivimos juntos los efectos combinados de la inflación y las subidas de tipos del Banco Central Europeo, una mezcla que restringe a las familias y que tiene un origen macroeconómico. Dicho de otra forma, la caída de este mes tiene que ver más con atribuir a la situación del país la carestía que se vive en casa”, explican las autoras del estudio.
Expectativas de ingresos: el desánimo hace caer al indicador 11 puntos
La percepción de la población sobre la marcha de la economía del país suele influir directamente en las expectativas de los ingresos en los hogares. Este mes de septiembre no es diferente y España registra, al igual que ocurre con el indicador de expectativas económicas, un descenso destacado de 11 puntos. De esta forma, el índice se cierra con -16, el peor valor desde marzo.
Y de nuevo, nuestro país está entre los que registran las mayores bajadas junto con Grecia, Finlandia y Austria, que caen 14, 10 y 8 puntos cada uno. Este descenso nos iguala con la media de la UE (-16) y nos sitúa en el puesto 19 de los 29 estados analizados, descendiendo 5 posiciones en relación con agosto. Hay que señalar que solo hay cinco países en positivo, dos menos que en agosto: Lituania (+19), Croacia (+11), Polonia (+8), Eslovaquia (+5) y Letonia (+3).
Las potencias económicas europeas tampoco arrojan valores esperanzadores. Reino Unido (-5) y Alemania (-11), con ligeras mejoras, muestran un desánimo más tenue, mientras que en Francia (-25) e Italia (-19) hablar de optimismo todavía es muy lejano.
“La inflación acumulada en España al mes de septiembre ha sido del 3,1%, una de las más bajas del continente. Aun así, los salarios han crecido por debajo de ese aumento de precios. La pérdida de la capacidad de compra es algo que la población experimenta en su día a día. La caída en las expectativas de ingresos responde a esa realidad: la población tiene la certeza de que esa situación se mantendrá a corto plazo”, reflexionan en GfK.
Disposición a comprar: sin visos de reactivación del gasto en España
El indicador que mide el consumo de las familias ha vuelto a resentirse en septiembre, a pesar de haber sido el único índice que ha mejorado los últimos tres meses. Tras una bajada de 4 puntos, la disposición al gasto se ha situado en -30 puntos, valor cercano a los -32 puntos de mayo.
Las caídas de los indicadores de expectativas económicas e ingresos sí han afectado esta vez a las previsiones del gasto familiar. España se coloca así a la par que la media de la UE (-30) y se sitúa en la posición 18 – bajando 3 puestos – del ranking de los 29 países estudiados. De ellos, únicamente dos – uno menos que en agosto – en positivo: Bulgaria (+21) y Hungría (+12).
Las principales economías tampoco escapan de la contención del gasto, a pesar de que Reino Unido (-28) y Alemania (-16) han mejorado su indicador. Francia sigue estancada en los -46 puntos e Italia desciende levemente hasta los -21.
“El Banco Central Europeo ha aumentado los tipos de interés hasta 4,5% en 15 meses con el objetivo de reducir la inflación al 2% en 2025. Piensa hacerlo “recogiendo liquidez del sistema”. En la práctica, esto consiste en que las familias dediquen una porción mayor de sus presupuestos a pagar deudas (hipotecas, por ejemplo), disminuyendo sus compras en comercios. La caída experimentada por las expectativas de gasto en los hogares responde en parte a esa política”.