Los hoteleros no están contentos con la creciente oferta de la apartamentos turísticos, pues son competencia directa y les pueden hacer disminuir los ingresos. Sin embargo, hay un sector que sufre (positivamente) el auge de los viajeros que prefieren las habitaciones o los apartamentos para dormir: los supermercados.
Pasearse durante el verano por supermercados de zonas turísticas implica tener que esquivar a viajeros desorientados en busca de alimentos o enseres: cremas solares, champús, comida… Esa imagen habitual se está trasladando también al centro de las ciudades, y el motivo no es otro que, primero, el aumento del turismo de estancias cortas en las ciuades y, sobre todo, del incremento del uso de los apartamentos para pernoctar.
«Las personas que son mayores clientes de supermercados son aquellos que viajan por su cuenta, y que usan para dormir, más allá de los campings, apartamentos o casas rurales. Como este tipo de turismo suele precisar de hacer la compra, y además están subiendo el número de personas que usan este tipo de turismo, se percibe un incremento de la demanda en los supermercados«, señala a este diario Ignacio García Magarzo, director general de la Asociación de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), la patronal que agrupa a firmas como Mercadona, Dia, Condis, Consum o Ahorramás, entre otros.
«Sí que se está notando un aumento de este tipo de turistas, aparte que, en general, la demanda y oferta de apartamentos, casas rurales, casas compartidas y cámpings es cada año superior. La zona donde más lo notamos es la Costa Brava. Hay otras zonas, como el Ripollés, que ya tienen una tradición más arraigada en cámpings y casas rurales», explican por su parte fuentes de Condis.
Asedas ha elaborado incluso un perfil del «consumidor estacional», que define como «aquel que pasa varios días o algunas semanas en el lugar de vacaciones». Según la patronal, el comprador medio tiene entre 35 y 49 años, suele hacer la compra a primera hora de la mañana o en la franja comprendida entre las 15.00 y las 17.00 horas y su tíquet medio es ligeramente superior al nacional, que se sitúa en unos 18 euros».
«La demanda de este tipo de cliente está destinada a cubrir necesidades básicas de alimentación relacionadas con desayunos y cenas y comidas ligeras. El surtido principal se compone de productos como leche fresca, salsas, galletas, panadería, vinos, mantequilla, sopas, caldos y purés, pan de molde, charcutería, zumos, cervezas, helados y refrescos. En la sección de perfumería e higiene del hogar, los reyes son las leches y cremas protectoras y bronceadores solares», destaca Asedas.
Oferta adaptada
En los grandes supermercados de las ciudades se nota menos, pero García Magarzo señala que los pequeños supermercados («tiendas turísticas») suelen adaptar parte de la oferta para acontentar a los turistas. «Hay consumidores de otros países que quieren encontrar algún tipo específico de productos básicos, sobre todo para el desayuno o de refrigerio, como el que consumen en sus casas. Eso hace que haya supermercados que adapten alrededor del 20% de la oferta», explica. «Tenemos una cincuentena de referencias en la costa norte de Catalunya orientadas al público froncaés y en la costa sur, al público inglés», afirman fuentes de Caprabo.
Galletas, cereales o cerveza suelen ser los productos que toman habitualmente y que les gusta consumir como en sus hogares. «Hay cadenas que tienen contratados a gente de compras especialista solo en este tipo de artículos», afirma el directivo.
Según Asedas, además, el incremento del turismo beneficia «a los productores locales», pues por ejemplo la venta de vinos en las zonas de costa duplica a la que se produce en los supermercados del interior, arrastrando a otras categorías como son la carne y la charcutería, los quesos y los esnacs de impulso. «Hay supermercados en las zonas turísticas que llegan a triplicar el número de clientes en verano», destaca García Magarzo.
Menos franceses
Cómo no, la propia evolución del sector turístico también se nota en los supermercados. Por ejemplo, GM Food, que agrupa las enseñas Suma, Spar y Próxim, destaca que han detectado este año que «el consumo en los supermercados de la costa, especialmente en la zona de la Costa Brava, que se nutren de mucho turista francés, comenzaron más tarde la campaña de verano».
La firma atribuye ese cambio a dos motivos. El primero, la climatología: «la temporada comienza habituamente en Semana Santa y enlaza con julio y agosto», pero el menor calor de este año hizo que la temporda comenzase «más bien en agoto». Por el otro, el Mundial: al llegar Francia a la final, el turismo francés llegó más tarde. «A nivel de productos, sube el consumo de refrescos, cerveza, agua y esnacs. Este año podemos destacar que hay más consumo de cerveza que de refrescos», destacan fuentes de la empresa.
Fuente: El Periódico