La empresa con sede en Charlotte, Carolina del Norte (EE.UU.) rechazó el pasado viernes su fusión con la irlandesa Fyffes tras celebrar una asamblea extraordinaria de accionistas en la que se decidió continuar las conversaciones con el consorcio Cutrale-Safra, que el pasado jueves mejoró su oferta inicial de 13 dólares por acción a 14,5 en efectivo, lo que implica valorar a Chiquita en unos 681 millones de dólares.
«Estamos muy satisfechos de hacer esta inversión a largo plazo en la compañía Chiquita, una de las compañías líderes a nivel mundial en la producción de fruta fresca», expresó Cutrale-Safra en el comunicado, en el que remarcó que esta adquisición dará a su grupo un nuevo marco competitivo en un mundo en el que «aumenta la demanda de frutas frescas y verduras de calidad».
Edward F. Lonergan, presidente y consejero delegado de Chiquita, presente en más de 70 países con cerca de 20.000 empleados, declaró que «están satisfechos» con el acuerdo alcanzado y con la futura buena administración que se espera que Cutrale-Sagra realice.
El cierre definitivo de la operación, que fue aprobada por unanimidad por el directorio de Chiquita, se espera que tenga lugar a finales de este año o principios de 2015, fecha en la que Chiquita se convertirá en propiedad del consorcio Cutrale-Safra y su sede se trasladará al estado de Nueva Jersey.
«Esperamos trabajar con Cutrale-Safra para lograr una transición fluida, a fin de completar la transacción más rápido posible», dijo Ed Lonegan, presidente ejecutivo de Chiquita en el comunicado.
Chiquita y Fyffes estuvieron en negociaciones desde marzo pasado en una operación que hubiera supuesto la creación del mayor productor de bananas en el mundo.