El Consejo de la UE cierra los últimos flecos de la reforma de la PAC
Los ministros de Agricultura de los Veintiocho aprobaron ayer como punto sin debate once reglamentos de la nueva Política Agraria Común (PAC) con lo que, a falta del previsible visto bueno de la Eurocámara, ponen punto final a la reforma de uno de los pilares comunitarios.
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«El último paquete de reglamentos relativos a la PAC pasó por el Consejo y esperamos que suceda lo mismo en el Parlamento Europeo» (PE), dijo en rueda de prensa el ministro griego de Agricultura, Athanasios Tsaftaris, que ocupa la presidencia rotatoria del Consejo.
«Esto es fundamental porque pone punto final a todos los elementos de la reforma de la PAC y dará claridad a los agricultores y autoridades nacionales para preparar la aplicación de la misma durante los próximos meses», opinó por su parte el comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos.
El comisario consideró especialmente positiva la aprobación de aquellas normas que clarifican cómo ha de implementarse la nueva PAC durante este primer año de transición y hasta 2020.
Los reglamentos adoptados precisan las condiciones para recibir pagos directos, las reglas para calcular eventuales multas o reducciones de las ayudas, o la definición de agricultor joven, entre otras cosas.
Asimismo, complementan las nuevas normas sobre ayudas a los sectores vinícola y olivarero, y las referentes al mercado de frutas y verduras.
Ciolos dijo ser «muy optimista» sobre la aprobación de este paquete en el pleno que el Parlamento Europeo (PE) celebra esta semana en Estrasburgo (Francia), puesto que ya ha recibido luz verde en la comisión de Agricultura.
El visto bueno de la Eurocámara es imprescindible para que cualquier punto de la PAC salga adelante.
Por otra parte, los Veintiocho tenían en su agenda debates sobre los sectores hortofrutícula y ácteo.
Ciolos presentó a los Veintiocho un informe de la Comisión Europea sobre la regulación del sector europeo de frutas y hortalizas, que es única dentro de los mercados comunitarios puesto que se basa en la autogestión por parte las organizaciones de productores.
Esta evaluación respalda la continuidad de este sistema, pero pone de manifiesto tres debilidades: el bajo grado de organización (16,5 %) de los productores y las diferencias entre Estados miembros, la falta de mejoras en competitividad, y la escasa utilización de los instrumentos de gestión de crisis.
Ciolos defendió la necesidad de elevar el grado de organización y de tomar medidas para mejorar la competitividad del sector, como optimizar los costes de producción y desarrollar valor comercial para las frutas y hortalizas.
Destacó también que la mayor parte de los agricultores no asociados son medianos y pequeños que, en consecuencia, no reciben ayudas ni servicios y se ven más perjudicados por la globalización.
Por otra parte, los Veintiocho abordaron el escenario del sector lácteo a partir de abril de 2015, una vez se elimine el sistema de cuotas que regula este mercado, cuestión que genera importantes divisiones entre los socios.
Este mecanismo fija una cantidad máxima de producción de leche para cada uno de los países, que en caso de excederse deben pagar una tasa (conocida como «superlevy»).
Austria pidió saber si habrá base legal para seguir imponiendo este pago una vez desaparezca el sistema de cuotas y, en caso de ser así, si los países podrían abonarlo en forma de un préstamo sin intereses a cinco años.
A este respecto, los servicios jurídicos del Consejo aclararon que para el periodo 2014-2015 está prevista una campaña lechera con cuotas, por lo cabe la posibilidad de tener que pagar la tasa, explicaron fuentes comunitarias.
El modo de pago podría ser objeto de una discusión política que se produciría, en todo caso, a partir de junio.
El ministro español de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, cabeza de lista por el PP a las elecciones europeas, se despidió en este consejo de sus colegas de la UE.
Cañete destacó que dejará su cargo «después de una temporada apasionante en esta legislatura, en la que ha habido consejos complicados porque la defensa de los intereses españoles en la reforma de la PAC y la Política Común Pesquera «ha sido laboriosa, constante, ha requerido mucho esfuerzo».