El jefe negociador de la Comisión Europea (CE) para el «brexit», Michel Barnier, advirtió hoy de que el comercio entre Londres y los Veintisiete conllevará «fricciones» cuando Reino Unido abandone el club comunitario y advirtió de los perjuicios de no conseguir un acuerdo entre ambas partes.
«Está claro que una relación comercial con un país que no pertenece a la Unión Europea conlleva fricciones», dijo Barnier en una comparecencia para abordar el «brexit» en el Comité Económico y Social, un órgano consultivo de la UE.
El excomisario francés subrayó que, una vez Reino Unido se convierta en un país tercero, no tendrá «las mismas facilidades ni derechos que los Estados miembros» especialmente en materia de comercio, «que no será nunca tan fluido para un Estado que decide salir del mercado único y la unión aduanera».
Barnier señaló como ejemplos la situación de los países terceros que pertenecen al Espacio Económico Europeo -Noruega, Irlanda y Liechstenstein-, es decir al mercado interior, o la de Turquía, que tiene solo una unión aduanera con la UE pero no participa en el mercado interior, que se enfrentan a controles aduaneros y otras verificaciones en sus intercambios con los Veintiocho.
El jefe negociador de la UE insistió en que estos perjuicios serían aún mayores en caso de que Reino Unido y los Veintisiete no llegasen a un acuerdo comercial tras el «brexit», lo que llevaría a que sus intercambios se rigiesen por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Bernier subrayó que esto supondría un «retorno a un pasado lejano» y agravaría la situación derivada del «brexit» en la que tanto la UE como Londres pierden, pero destacó que «Reino Unido tendría más que perder que sus socios» en este escenario.
«No habría en mi opinión ninguna razón para un escenario de ‘no acuerdo’. No hay ninguna razón para agravar aún más las consecuencias del ‘brexit'», insistió.
El político francés explicó que la ausencia de un acuerdo comercial supondría que los derechos de aduana para la importación fuesen casi del 10 % para los vehículos, del 19 % de media para las bebidas alcohólicas, y del 12 % para el cordero y el pescado, que constituyen las principales exportaciones de Reino Unido hacia la UE.
En este escenario, los controles en las aduanas serían aún mas duros y supondría que, por ejemplo, los fabricantes de piezas industriales con sede en Reino Unido que ahora envían el material directamente al mercado único, debería mantener los productos en el almacén durante 3 o 4 días en lugar de unas horas.
Eso aumentaría la necesidad de invertir en instalaciones, los gastos de transporte y los riesgos logísticos.
«Por ello los 27 Estados miembros y el Parlamento Europeo quieren un acuerdo. Se lo digo a nuestros socios británicos: un acuerdo equilibrado es, de largo, preferible a la ausencia de acuerdo», dijo Barnier, repitiendo esta idea varias veces también en inglés.
Fuente: Efe