El clima causa más daño a la fresa que el coronavirus

La fresa es uno de los productos hortofrutícolas afectados por esta crisis sanitaria. Su carácter especialmente perecedero ha supuesto un importante hándicap para un consumidor que ahora visita menos el supermercado y, cuando lo hace, opta por productos considerados de primera necesidad; sin embargo, según fuentes del sector, la climatología también ha sido clave en el desarrollo de la campaña, hasta el punto de reducir la producción en un 15%.

De hecho, a día de hoy, y según los últimos datos del Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía, el sector ha comercializado un 17% menos de fresa que en las mismas fechas de 2019. Algunos productores comenzaron a arrancar cultivos y abandonar fincas hace semanas, aunque desde Freshuelva no hablan de abandono total de la campaña, sino “parcial”.

En torno a un 20% de los productores ha optado por poner el punto y final a su ejercicio, son quienes tuvieron un mal inicio de la campaña; otros ya han arrancado porque, directamente, han llegado al final de su ciclo productivo.

En este sentido, desde UPA Huelva lamentan, por su parte, que “hay pequeños agricultores que están procediendo al arranque de plantas mes y medio antes de la finalización de la campaña, debido a la falta de rentabilidad”. Al descenso del consumo como consecuencia del COVID-19 hay que sumar el aumento de los costes de producción derivados, por ejemplo, de la mano de obra –traslado a las fincas, EPIs, etc. El resultado no es otro que “precios de venta similares a los de 2019, por debajo de los 0,90 euros/kg, lo que hace que la campaña no sea rentable”.

Según el último informe de la Administración andaluza, el precio de la fresa apenas ronda los 0,85 euros/kg; y eso que ha aumentado ligeramente durante tres semanas consecutivas, pasando de 0,82 euros/kg en la semana previa a Semana Santa a 0,84 euros/kg en la semana del 13 al 16 de abril.