La próxima cosecha de fresas de Reino Unido podría verse amenazada si las largas colas en algunos puertos europeos de los últimos días se perpetúan, según recoge la publicación especializada The Grocer.
De los 100 millones de plantas necesarias para cultivar fresas en este país, el 95% son importadas de la Europa continental; de ahí que, cualquier retraso de más de dos días podría suponer “un grave riesgo” y tener un “impacto significativo” en la futura cosecha, según Nick Marston, presidente de la British Summer Fruits, asociación que representa al 95% de los productores de berries británicos.
Marston reconoce que “dependemos casi totalmente de la Europa continental para el suministro de plantas vivas” y el retraso en la entrega podría comprometer la calidad del material vegetal, hasta el punto de que no fuese comercialmente viable, o lo que es peor: que las plantas llegasen muertas.
Pero los retrasos no solo prolongan los tiempos de entrega, sino que también podrían dificultar la disponibilidad de camiones en un futuro más próximo de lo previsto. Y es que, ante los problemas para retornar en plazo, los transportistas podrían ser “reacios” a enviar vehículos a Reino Unido.
Para The Grocer, esta complicada situación que, de momento, afecta a la producción de fresa, podría ser extrapolable a otros cultivos como los manzanos o las propias semillas hortícolas, que Reino Unido también importa de Europa. Sin embargo, y con respecto a las semillas, el director ejecutivo de la Asociación Británica de Cultivadores, Jack Ward, cree “poco probable” que se vean afectadas por los retrasos.
Para Ward, resulta más preocupante el hecho de que, llegado el 1 de enero, aún no haya acuerdo comercial y los importadores tengan que hacer frente a aranceles de alrededor el 10%, que encarecerían el producto.
Fuente: The Grocer