La cada vez mayor preocupación de los consumidores por su salud, unida a la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente han hecho que, en los últimos años, la demanda de alimentos ecológicos haya crecido de forma exponencial. Según los datos del Research Institute of Organic Agriculture (FIBL) de 2015 –los más recientes-, el mercado europeo de productos ecológicos creció un 13%, alcanzando casi los 30.000 millones de euros. En Alemania, el principal consumidor de alimentos orgánicos de Europa y el segundo del mundo tras Estados Unidos, su demanda alcanzó los 8.600 millones de euros, seguida de Francia (5.500 millones) y Reino Unido (2.600 millones). Y todo indica que seguirá aumentando; las primeras cifras disponibles de 2016 muestran que, solo en el país germano, se podrían alcanzar los 9.600 millones de euros.
Sin embargo, la superficie de cultivo de este tipo de alimentos, aunque también crece, no lo hace al mismo ritmo y, en 2015, se incrementó en torno al 8% en Europa, hasta sumar 12,7 millones de hectáreas, el 25% del total de todo el mundo. La buena noticia es que, según el FIBL, las hectáreas de ecológico en el viejo continente crecen ahora de forma más rápida que hace unos años.
“A este ritmo de crecimiento del consumo, nuestro país no podrá abastecer toda la demanda de productos ecológicos en dos años”, asegura Álvaro Barrera, presidente de Ecovalia, quien explica que, “en España, se convierte a ecológico cada año el 1% de la superficie agraria útil, por lo que será complicado lograr el ritmo que exige el mercado; incluso se puede dar la paradoja de que tengamos un mercado interior desabastecido”. España exporta el 80% de su producción.
Para conseguir un equilibrio entre consumo y demanda, Ecovalia trabaja en alcanzar el Objetivo 20-30, es decir, que, en el año 2030, al menos un 20% de los alimentos que contiene la cesta de la compra de los españoles sean ecológicos y que, a la vez, de cada 100 hectáreas de superficie agraria útil de nuestro país, 30 se dediquen a la producción biológica.
El reto: aumentar el consumo interno
En 2016, España entró en el Top 10 de los mayores consumidores de productos ecológicos a nivel mundial, una tendencia al alza que se ha afianzado en 2017. El consumo interno, gran reto del sector, comienza a ganar peso. En sólo tres años, los consumidores españoles han incrementado sus compras de ecológicos en 700 millones de euros. El ritmo de crecimiento del consumo es vertiginoso: en 2014 aumentó un 18%; en 2015, un 25%. A falta aún de los datos definitivos de 2016 y 2017, un avance del MAPAMA señala que el consumo interno de productos eco ronda ya los 1.700 millones de euros.
A ello ha contribuido la introducción de lineales ecológicos en las grandes superficies y cadenas de supermercados, así como la “democratización” de los precios, cada vez menos dispares entre los alimentos convencionales y orgánicos. “El objetivo es responder a las demandas de un cliente que cada vez se preocupa más por su salud”, afirma Manuel Torreglosa, director de Relaciones Institucionales de Carrefour en Andalucía.
Sin embargo, el gasto en productos ecológicos en España por persona y año dista aún mucho de los grandes consumidores europeos; 32 euros frente a los 262 de Suiza, los 191 de Dinamarca o los 177 euros de Suecia.
España, líder absoluto
Es el principal productor de alimentos ecológicos de Europa, con más de 2 millones de has. casi la mitad en Andalucía, según el MAPAMA. Por cultivos, las hortalizas frescas y fresas suman 17.182 has., los cítricos 10.182 has., los frutales 5.648 ha.s y las plataneras y tropicales 2.912 has.
Más consumo, mejores normas
En 2020 está previsto que entre en vigor el nuevo Reglamento Europeo de Producción Ecológica. Según el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, “se aplicarán las mismas normas a todos los productores y productos ecológicos que se vendan en la UE, tanto si se han producido en ella como si se han importado”. Además, se han armonizado a nivel comunitario los umbrales de residuos de sustancias no autorizadas en ecológico.