Desarrollan la base de un nuevo bioinsecticida para controlar una plaga en plataneras
La polilla Chrysodeixis chalcites está considerada como una de las plagas más importantes en cultivos hortícolas, ornamentales y frutales. Sus orugas se alimentan de muchas especies de plantas, entre ellas las plantas de platanera, y en las islas Canarias llegan a causar pérdidas de hasta el 30% en el peso total de la cosecha.
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Alexandra Bernal Rodríguez, en su tesis doctoral leída en la Universidad Pública de Navarra, ha abordado los desarrollos biotecnológicos necesarios para obtener un nuevo bioinsecticida que controle esta plaga y para el que ya se ha solicitado una patente.
Algunos microorganismos pueden constituir la materia activa para desarrollar bioinsecticidas que se emplean para el control de plagas. En este caso, la investigadora utilizó un virus de la familia de los baculovirus, que infectan específicamente a invertebrados y regulan de manera natural la población de este tipo de insectos en el campo. “Seleccionamos un virus que tenía las mejores características insecticidas”, explica. “A partir de ese virus, desarrollamos un sistema de producción masiva mediante el cual con solo dos larvas podíamos tratar una superficie equivalente a la de un campo de fútbol”.
Una larva infectada con el virus, al morir constituye una nueva fuente de infección porque contamina la superficie vegetal de los cultivos. Así, otras larvas que se alimenten de esa superficie vegetal pueden infectarse y morir de la misma manera. Para comprobar la eficacia del bioinsecticida, los resultados fueron comparados con los de insecticidas químicos y biológicos que se utilizan habitualmente en las plantaciones de plataneras de las islas Canarias. “Vimos que nuestro producto es entre tres y cuatro veces más eficaz. Hemos solicitado la patente y establecido las bases para desarrollar un nuevo bioinsecticida, que es también una herramienta muy útil para una agricultura sostenible”.
En ese sentido, el control de la plaga con tratamientos habituales, como los insecticidas químicos, puede derivar en riesgos medioambientales y dejar residuos en la superficie de las cosechas, lo que dificulta su comercialización. “Los baculovirus han despertado interés para el control de plagas de insectos, tanto por su capacidad insecticida como por su especificidad y seguridad en el empleo —señala Alexandra Bernal—, por lo que algunos ya se encuentran registrados como insecticidas en varias partes del mundo”.
Fuente: interempresas.net