Desde sus orígenes en al año 2000, Cualin Quality siempre ha apostado por la sostenibilidad como modelo de producción. Por ello, apuesta por invernaderos de cristal donde optimiza el uso del agua. Esta tecnología que utiliza la empresa en sus invernaderos le permite producir en condiciones óptimas durante todo el año, haciendo realidad el concepto de ‘fábrica de tomates’. “Los sistemas de condensación de agua nos facilitan la recogida de unos 25.000 metros cúbicos al año. Y nuestra planta de cogeneración nos posibilita una energía eficiente al producir calor, electricidad y CO2, partiendo del gas natural como fuente”, explica Juan José López, director de Cualin Quality.
En concreto, la cuarta parte del agua que se emplea inicialmente para riego se reutiliza tras su drenaje y desinfección. Además, hay otro importante porcentaje de agua que se recoge tras la transpiración de las plantas, como resultado de su condensación en el cristal de los invernaderos.
Alemania y países escandinavos
Los principales mercados de comercialización de Cualin están en Alemania y países escandinavos. “Nuestra marca Premium de tomate cherry rama, Divino Imperial, se encuentra muy bien posicionada en el lineal de estos países y es reconocido por el consumidor por su excelente sabor”, comenta López, gracias a ello y a su presencia en el ‘retail’ nacional, esperan alcanzar una producción cercana a los 12 millones de kilos en esta campaña.
La compañía prevé seguir creciendo gracias a nuevas variedades desarrolladas internamente y cultivadas en exclusiva. Además, trabaja en el desarrollo local en su zona de implantación, apostando por la colaboración con agricultores con los que compartir su ‘know how’, como productores de tomate de alta tecnología.
Crecimiento sostenido para la campaña 2023/24
Cualin maneja unas previsiones de crecimiento “sostenido y sostenible” para la campaña 2023/24, sin dejarse influenciar por los vaivenes del mercado, manteniéndose fieles a su filosofía y “sin dar pasos en falso”, apunta el director de la empresa. Recuerda que la campaña 2022/23 ha alternado varias situaciones de mercado, con saturación de producto en diciembre, por las altas temperaturas en el norte de Europa, precios récord hasta el mes de abril por una alta demanda y cotizaciones por debajo del coste de producción en la etapa final, al regresar las producciones del norte de Europa.
A su juicio, la enorme competencia de países terceros hace que el tomate, con su alto coste de mano de obra, tienda a seguir creciendo en países menos desarrollados y con peores condiciones laborales. Este año han notado una mayor demanda nacional y en la exportación, ante la caída de producción holandesa. Además, la incertidumbre ante una hipotética falta de producto ha hecho que los supermercados cierren programas para “asegurarse” el suministro con una mayor anticipación a lo habitual y a precios superiores, señala.