La subida de los costes, acrecentados por la invasión rusa de Ucrania, tiene un efecto muy negativo sobre el sector hortofrutícola, que va ser menos competitivo, pudiendo resentirse, incluso, sus exportaciones y, a la larga, la producción.
Si la guerra se mantiene en el tiempo, provocará grandes cambios a nivel global, sobre todo como consecuencia de los mayores costes de la energía y las materias primas, y afectarán, incluso, a los formatos de venta. En este sentido, en Consuay hace ya tres años que decidimos minimizar los costes de nuestros envases haciéndolos más sostenibles y, para ello, comenzamos a reducir la cantidad de plástico de las distintas confecciones.
Del mismo modo, y ante el encarecimiento de la energía, ya en 2019 instalamos una planta fotovoltaica para autoconsumo, que nos va a permitir reducir nuestra factura eléctrica y disminuir la huella de carbono. Actualmente, tenemos en proyecto la construcción de una nueva planta solar.
“La cebolla es un producto insustituible, por lo que no esperamos que descienda su consumo”
La puesta en marcha de estas iniciativas demuestra que la innovación fue, es y será un pilar básico en todas las áreas de nuestra empresa, desde la producción, donde contamos con las mejores herramientas ya sea en materia de riego, tratamientos o recolección de la cebolla; hasta la producción de envases familiares, contando con procesos automatizados para la mejora de la calidad y el ahorro de costes. El sector productor no pasa por un buen momento y debemos protegerlo como un pilar estratégico para la economía de cualquier país.
Por último, y en lo que respecta al consumo, la cebolla es un producto insustituible en la cesta de la compra, de modo que no esperamos que descienda. Eso sí, tendremos que ajustar el packaging para reducir los costes.