El informe detalla las principales fuentes de contaminación, entre ellos los oligoelementos y los metales pesados. La acción humana ha hecho aumentar sus niveles de concentración, lo que impide su degradación o ser absorbidos por las plantas. Su exceso los convierte en elementos tóxicos. La presencia de arsénico, cadmio, plomo o mercurio es muy grave para la salud.
Otros contaminantes son los orgánicos de tipo sintético, principalmente originados por la acción humana, muchos derivados de los hidrocarburos, pueden ser persistentes y muy tóxicos. Algunos herbicidas y plaguicidas pueden ser sustancias activas muy persistentes en el medio ambiente. El uso excesivo o inadecuado contamina aguas y suelos y afecta a la salud humana.
Hay contaminantes como los plásticos y polímeros sintéticos convencionales que persisten en el medio ambiente sin descomponerse completamente, convirtiéndose en micro y nanoplásticos, que pueden ser ingeridos por organismos y transferidos a través de la cadena trófica, hasta llegar a la alimentación humana.
El acolchado en Mater-Bi es completamente biodegradable en suelo y no tiene efectos tóxicos en el terreno ni en el medio ambiente
El mundo produce más de 2.000 millones de toneladas de residuos sólidos al año. Los suelos y las corrientes de agua subterránea se han convertido en el depósito mundial de contaminantes. La degradación de los ecosistemas y la pérdida de nutrientes comporta erosión y desertización de los suelos, la reducción de productividad, plagas, disminución de la calidad del agua…
Se deben adoptar medidas de forma urgente, analizar el alcance y la gravedad de la situación y determinar prioridades: prevención y detener las fuentes de contaminación. Muchas son irreversibles o requieren de una gran inversión, pero otras ya se pueden evitar cambiando formas y actitudes perjudiciales. Es prioritario promover la concienciación, el consumo responsable y respetuoso, fomentar la separación de residuos, evitar la incineración y la eliminación, y promover las 4R: reducir, reutilizar, reciclar y recuperar.
Desde sus orígenes, en Novamont han centrado sus desarrollos en aportar soluciones para evitar la contaminación de los suelos. Por ejemplo, su familia de biopolímeros Mater-Bi para film de acolchado biodegradable en suelo se pueden usar en distintos cultivos, permitiendo el ahorro del consumo de agua, así como el menor uso de herbicidas, limitando el crecimiento de malas hierbas de manera física, y se descomponen y biodegradan completamente en el terreno una vez terminado el cultivo sin generar residuos difíciles, ambientalmente y económicamente, de gestionar.
Los acolchados en Mater-Bi están certificados según norma EN 17033 otorgada por Din Certco y OK Biodegradable Soil por el instituto austríaco TÜV, lo que garantizan que el acolchado en Mater-Bi es completamente biodegradable en suelo y no tiene efectos tóxicos en el terreno ni en el medio ambiente.