Starmer prometió en campaña negociar un mejor acuerdo con el bloque europeo sobre las reglas comerciales posteriores al Brexit. Aunque su principal objetivo es fortalecer el crecimiento económico del país, llegar a acuerdos con la Unión Europea es un punto importante para el nuevo Gobierno.
El cambio de gobierno en el Reino Unido puede facilitar la reactivación de los flujos comerciales de frutas y hortalizas con España a través de varias iniciativas y políticas dirigidas a mejorar la eficiencia y reducir las barreras comerciales. Algunas de las principales estrategias incluyen:
Modernización y simplificación de controles fronterizos: Impulsar el nuevo modelo operativo fronterizo del Reino Unido, conocido como Border Target Operating Model. Este modelo tiene como objetivo simplificar y digitalizar los controles fronterizos, lo cual podría facilitar la entrada de productos agrícolas, incluyendo frutas y hortalizas, al Reino Unido. Esto incluye la creación de una ventana única de comercio que podría agilizar significativamente los procesos de importación desde la UE y otros países.
Colaboración internacional y acceso a nuevos mercados: El nuevo gobierno británico está comprometido en resolver barreras comerciales y asegurar acceso a nuevos mercados internacionales. Esto podría incluir la negociación de términos comerciales más favorables con socios clave, como España, para mantener y potencialmente incrementar las importaciones de productos frescos.
Evitar el desabastecimiento
Si bien podemos recordar como estos años atrás, en determinados momentos, los supermercados sufrieron el desabastecimiento de frutas y hortalizas, el nuevo gobierno aboga por reforzar su producción agrícola con inversiones para aumentar la producción doméstica de frutas y hortalizas, aunque esto vendría a complementarse de la importación de productos frescos, asegurando que haya una oferta continua.
Reducción de barreras administrativas: El gobierno planea reforzar la eliminación de barreras de planificación para la construcción de infraestructuras hortícolas, como invernaderos. La reducción del tiempo y la complejidad para construir estas infraestructuras puede facilitar la expansión de la producción local, asegurando que haya suficientes productos frescos en el mercado, lo cual también puede equilibrar las fluctuaciones en las importaciones.
Estas medidas, en conjunto, tienen el potencial de fortalecer la relación comercial entre el Reino Unido y Europa, facilitando el flujo de frutas y hortalizas, y asegurando una oferta continua y diversificada de estos productos en el mercado británico, lo cual repercutirá directamente en el sector hortofrutícola español.