Sin embargo, la acumulación de stock de 2013 en las cámaras de conservación y la agresiva competencia de China en Europa son dos factores importantes que contribuyen a que el ajo español no esté atravesando uno de sus mejores momentos.
“El mercado está ahora complicado para el ajo porque no hay suficiente precio”, afirma Daniel Blanco, del departamento comercial de Mogalla S.A.T. “Afortunadamente para nosotros, hemos salvado la campaña y no tenemos existencias de ajos de la anterior. El ajo nuevo se presenta en principio muy mal, por lo que todavía queda de ajo viejo almacenado. De todas formas, sabemos que la campaña es larga y esperamos que se recupere el precio”, añade.
En cuanto a la autorización de la Comisión Europea a aumentar el contingente de importación de ajo chino, que permitirá la entrada de más de un 20% de este producto, Daniel señala que “lamentablemente, nos afectará de forma negativa porque llueve sobre mojado. Todo esto lo que hace es que el cultivo cada día sea menos atractivo. De hecho, nosotros vamos reduciendo hectáreas. Con todo esto esperamos una campaña complicada que se podrá salvar con buena calidad y en precio a la espera de cómo discurra en un futuro”.
No obstante, pese a que el ajo no está gozando de buenas campañas en los últimos años, Mogalla quiere seguir apostando por este producto. En su finca de Peñalobar en Don Benito, Badajoz, Mogalla ha plantado este año 32 hectáreas de ajo blanco y 28 hectáreas de ajo violeta, que suman un total de 60 hectáreas, cuya cosecha destinarán principalmente a los países del Este, Italia, Reino Unido y Portugal. “Todavía no hemos realizado ningún tipo de trabajo en el hemisferio sur, pero es un mercado que tenemos en mente y en el cual nos gustaría estar presentes por razón de oportunidades”, indica Daniel Blanco.
“La razón de seguir con el producto no es otra que la de nuestra política de diversificación aprovechando la superficie y recursos que tenemos para su explotación. Nuestro negocio estaba muy concentrado en los cítricos, con independencia de otras áreas como la semilla de multiplicación, cereales y huerta. Pero, desde hace cinco años decidimos trabajar otros cultivos para no concentrar tanto riesgo. Con el ajo y las nuevas plantaciones de frutales (albaricoques, paraguayos, granados, caquis y almendros) conseguimos disminuir esa concentración, ofrecer una gama de productos más amplia a nuestros clientes durante todo el año y conseguir sinergias positivas entre los productos que vendemos”.
El sector necesita adecuación de oferta y demanda de forma constante
“Entendemos que el sector del ajo en España tiene bastante experiencia consolidada con canales de comercialización e infraestructura. Lo que precisa el sector es una adecuación de la superficie de cultivo a una demanda que posibilite su rentabilidad, algo que en las circunstancias actuales a buen seguro se producirá, aunque cuando el mercado sea más favorable, entraremos de nuevo en sobreproducción”, explica Daniel Blanco.
“Otro fenómeno que se da es la dedicación al ajo de gente desempleada que dispone de finca para ello en propiedad o arrendamiento y que antes, en mejor situación económica, al trabajar en otros sectores, ni siquiera la consideraba”.
Fuente: Freshplaza