La mandarina Orri ha visto incrementado, hasta en un 54 por ciento, su volumen de ventas desde su regularización por parte de The Enforcement Organization, S.L. (TEO), licenciatario máster de la variedad en España y Portugal.
En la que ha sido su quinta campaña, se han comercializado más de 57.000 toneladas de mandarina Orri, superando, así, las previsiones estimadas para la campaña 2019-2020 y manteniendo la tendencia de campañas anteriores que sitúan esta variedad vegetal como “la mejor cotizada del mercado” por quinto año consecutivo, alcanzando un precio medio por kilo en campo de 1,15 euros.
Por provincias, el 31,09 % de las mandarinas comercializadas corresponde a la provincia de Huelva, seguido de un 21% en la provincia de Valencia, el 18,71% en Murcia, un 9,08% en Almería, el 7,93% en la provincia de Castellón, un 7,28% en Alicante y un 4,9% a la provincia de Sevilla.
La presente campaña ha sido una campaña muy atípica que ha venido marcada por el incremento de la demanda del consumo de cítricos, motivado en gran parte por la preocupación por el Covid-19 y la asociación de estos frutos con la vitamina C, imprescindible para mejorar las defensas del sistema inmunológico. Esto, unido a una reducción del 28,9% de la producción de mandarinas en España respecto al balance de la campaña 2018/19, ha propiciado un aumento de la demanda de mandarinas y que haya sido una de las campañas más rápidas y cortas que se recuerdan.
“A pesar de la bajada de las cotizaciones en 2019 y de que esta campaña no comenzaba demasiado halagüeña tras el temporal que arrasaba gran parte del campo de algunas zonas del litoral valenciano a principios de año, lo cierto es que la pandemia provocada por el coronavirus ha puesto en valor no solo los cítricos, sino la agricultura de proximidad en general, y esto ha supuesto una aceleración en la demanda con muy buenos resultados para los citricultores”, indica Guillermo Soler, gerente de ORC.
La mandarina Orri ha visto disparado su reconocimiento, tanto en el sector productivo como a nivel del consumidor, gracias a sus excelentes cualidades organolépticas, su facilidad de pelado y sus atributos saludables, así como su extraordinaria vida útil de forma natural, que facilita la exportación a múltiples mercados y que se reduzca el desperdicio alimentario.
Son precisamente estas características las que diferencian la variedad Orri de otras mandarinas existentes en el mercado, una diferenciación fundamental para ganar competitividad y ofrecer un producto de calidad premium.
En este sentido, cabe destacar que, según los datos de comercialización de los últimos años, las variedades protegidas por derechos de propiedad industrial como la mandarina Orri han conseguido, de nuevo, mantener la rentabilidad de los agricultores, al mismo tiempo que proporcionan unos estándares de calidad homogéneos, mediante la diferenciación e identificación del producto.