Vargas explica que esta tecnología ya la estaban usando para el tomate Adora y que es extrapolable para cualquier tipo de tomate, de ahí la importancia de utilizarla para aquellas variedades de sabor, lo que permitirá que el cliente no se sienta engañado cuando compra pensando en un producto concreto y, sin embargo, es una imitación, cuyo valor real, su calidad, sus propiedades y su sabor son mucho menores.
“El tomate necesita un manejo de cultivo específico, una mano de obra más especializada que otras producciones, y hay que tener en cuenta que no todas las zonas valen para según qué propiedades, al igual que no todos los agricultores están preparados para cultivar con garantías esos determinados productos”, puntualiza Vargas.
Con esta maquinaria, CASI puede poner en valor un volumen de producción de entre 3 y 5 millones de kilos de tomate de las variedades de sabor, según las estimaciones de su presidente, y “dependiendo de cómo venga cada campaña”.
Además, insiste en que “la idea es ir adquiriendo experiencia en el uso de esta tecnología para buscar nuevas posibilidades en el mercado”, lo que permitirá que más agricultores puedan cultivar estas variedades de sabor y que así puedan obtener una mayor rentabilidad por su trabajo.
Fuente: Diario de Almería