El uso de acolchados en agricultura lleva más de 60 años en continua expansión gracias a las muchas ventajas que ofrecen, entre ellas, la posibilidad de optimizar la utilización de agua y nutrientes, protegiendo el suelo e incrementando la producción. Sin embargo, junto a estas ventajas agrícolas, el film para acolchado tradicional tiene un problema y es que debe desecharse adecuadamente después de su uso para evitar residuos en el suelo, un proceso con un elevado coste económico y medioambiental.
Actualmente, se estima que se utilizan 80.000 toneladas de acolchados en Europa y solo el 28% de los residuos plásticos agrícolas generados, distintos de los envases, se recicla en la UE2. Además, hay que tener en cuenta que, al final de su uso, un acolchado de plástico convencional puede contener unos niveles de impurezas (como tierra o restos vegetales) de hasta el 70%3 más en peso por los residuos de tierra que permanecen en el film, de modo que las operaciones de recogida, transporte y eliminación pueden ser muy costosas para el agricultor, así como para el sistema, ya que parte del coste de gestión recae en las administraciones públicas locales.
Este film biodegradable en Mater-Bi se puede utilizar para la fabricación de film en color negro y blanco y negro
Para ofrecer una alternativa que elimina el problema de la recogida del film al final del ciclo de cultivo, hace años que empresas e investigadores trabajan en la optimización constante de los acolchados producidos con bioplásticos, biodegradables en el suelo. Con estos bioplásticos se puede producir un film de características mecánicas y funciones agronómicas muy similares a las de los plásticos convencionales, pero con la ventaja de que, al final del cultivo, se pueden dejar en el suelo, donde, por su biodegradabilidad, se trasforman en agua, CO₂ y biomasa.
Desde hace unos años se ha generalizado el uso de films y/o láminas de acolchado biodegradables en el suelo para la agricultura. Novamont ha sido pionera con su film de acolchado en Mater-Bi, desarrollado hace más de veinte años y certificado completamente como biodegradable en suelo de acuerdo con la certificación ‘Ok Biodegradable Soil’ y la norma europea UNE EN-17033, que asegura su completa biodegradabilidad en las condiciones ambientales normales del suelo. Esta norma es el estándar europeo que define las características que los acolchados biodegradables deben tener para cumplir con los criterios de biodegradabilidad en el suelo, ecotoxicidad, características mecánicas y ópticas. Su certificado de conformidad se emite según el protocolo DIN CERTCO, un estándar muy importante, ya que permite distinguir los films que son realmente biodegradables en suelo.
La certificación asegura que un film que cumple los requisitos de biodegradabilidad en el suelo no tiene efectos tóxicos en el medioambiente. La norma UNE EN-17033 permite identificar los films de acolchado dotados de características específicas: biodegradabilidad, ausencia de efectos ambientales negativos o bajos niveles de metales. Concretamente, la norma exige:
- La biodegradabilidad intrínseca, medida mediante pruebas de biodegradación del suelo (ISO 17556).
- Pruebas de ecotoxicología, para disipar dudas sobre efectos adversos.
- El film no debe contener sustancias o tintas tóxicas (SVHC).
- Cualquier metal pesado presente debe estar por debajo de los umbrales máximos establecidos para evitar acumulaciones en el suelo.
En el campo, los factores ambientales y climáticos (temperatura, lluvia, tipo de suelo…) son los que influyen en la velocidad de la biodegradación, porque afectan a los microorganismos del suelo. Por este motivo, la norma recomienda realizar ensayos antes de su utilización para validar que el tipo de film seleccionado es óptimo en las condiciones de uso concretas. También analiza las características mecánicas y ópticas del film, ya que un acolchado biodegradable tiene que asegurar una funcionalidad comparable al film tradicional.
El film biodegradable en Mater-Bi cumple el estándar UNE EN-17033, se puede utilizar para la fabricación de films de color negro (para cubrir cultivos de primavera y otoño), y negro y blanco (verano).