Estas fincas bio contribuyen de forma decidida a la lucha contra la despoblación en el interior de la provincia.
Francisco Jesús Montoya, gerente de Campojoyma, afirma que “innovación, sostenibilidad y compromiso social son nuestras señas de identidad. Los cultivos en el interior de la provincia, nos ayudan a producir hortalizas ecológicas los 365 días del año y además contribuimos a generar empleo y al desarrollo sostenible de los dos municipios, que es lo que más me satisface”. En efecto, Francisco Jesús Montoya siempre recuerda a su equipo que el propósito de Campojoyma no sólo es liderar la producción de hortalizas bio en España, sino que también “debemos comprometernos con el crecimiento del entorno en el que trabajamos”.
Los cultivos de Abla y Abrucena, como los demás que tiene en Almería, Murcia y Granada, se basan en un sistema de agrícola tradicional, respetuoso con el medio ambiente y el ciclo natural de la tierra, integrando a plantas, animales y suelo. De esta manera, se genera un crecimiento económico en armonía con el entorno natural en el que se encuentran las fincas.
Campojoyma entiende que la lucha contra la despoblación es responsabilidad de toda la sociedad, y por eso, dentro de su innovadora estrategia para garantizar a los mercados de Europa hortalizas ecológicas los 365 días del año, decidió la creación de fincas en Abla y Abrucena. Estos cultivos en verano permiten abastecer a los mercados de Europa con tomate y pimiento bio. Y en invierno han convertido a Campojoyma en el mayor productor mundial de col china ecológica. Una demostración de que los objetivos de empresa y sociales pueden compatibilizarse para beneficio del entorno en el que se trabaja.
