En Grupo La Caña son optimistas ante el futuro del sector de tomate y esperan que continúe creciendo la superficie de cultivo en Andalucía debido a la “consolidada confianza” de los consumidores. “España es un mercado productor seguro, que da continuidad con varios ciclos al año, con elevados estándares de calidad y que garantiza la seguridad alimentaria”, según nos detalla Antonio García, director comercial de la compañía.
Buena campaña 2022/23
La empresa, que califica la campaña 2022/23 como “muy buena para nuestros agricultores”, prevé incrementar su producción un 4% en 2023/24. En el actual contexto, el principal reto para La Caña es el aumento de los costes de producción: “Abonos y fitosanitarios en campo, envases y embalajes en las plantas de producción, la electricidad, la logística y transporte, así como la reforma laboral”.
Ante la creciente competencia del tomate marroquí, apuestan por la calidad, con variedades superiores en “sabor, textura y características organolépticas”, proporcionando una experiencia culinaria más satisfactoria. Además, la cercanía con el consumidor europeo otorga una mayor capacidad de respuesta, “un producto con más frescura, fiabilidad en el suministro y una valorada aportación a la sostenibilidad de la cadena al reducir la huella de carbono”, como indica García.
Diferenciación vía I+D+i
La Caña lleva muchos años apoyándose en la innovación y diferenciación para producir diferentes tipos de tomates, especialidades de cherry y ecológicos, gracias a sus fincas propias para desarrollar proyectos de I+D+i estudiando variedades con más sabor, productividad y resistencias, e invirtiendo en soluciones tecnológicas para la sostenibilidad en los cultivos. Ejemplo de ello es MEDITOMATO, que muestra soluciones innovadoras que cubren toda la cadena de valor del tomate para impulsar el desarrollo rural y social del sector.