A vueltas con la Agricultura Sostenible, ¿alguien duda todavía que es el futuro? (III parte)
Comparte
Bueno pues esta es la parte final de esta serie y la última antes de vacaciones. Volveré a escribir en el blog a partir de septiembre. Me quedaba por abordar el papel económico de la Agricultura Sostenible, pero aquí me encuentro con que de una u otra forma siempre voy a parar a la parte social. Me parece que una agricultura que no garantice la subsistencia de los agricultores no puede llamarse sostenible y eso significa que debe fortalecer a los núcleos y las economías rurales, lo cual es profundamente social.
Pero empecemos por el principio, si todo el mundo tiene que emprender el camino de la sostenibilidad, ¿por qué debemos promoverla y comercializarla? Desde mi punto de vista, existen dos motivos:
1. Porque la distribución debe participar en la transición hacia la sostenibilidad. Su papel es fundamental, en última instancia, la distribución es la encargada de comunicar al cliente los atributos de los productos agroalimentarios, es la que hace de correa de trasmisión entre consumidor y productor y a menudo quien influye de manera determinante en el éxito y el fracaso de los productos. Además de que la responsabilidad de ser sostenible no puede caer solamente del lado del productor. Se debe compartir con la distribución y esta debe también de dar cuenta de tal responsabilidad potenciando los productos sustentables y comprometiéndose a dar un trato justo a los agricultores, pagando precios justos y en plazos razonables, no permitiendo el acceso a competidores desleales y no incurriendo en prácticas de “dumping” o reclamo poniendo productos por debajo de coste. Al igual que se pueden certificar los productores sostenibles debe haber una declaración o decálogo del distribuidor sostenible y sobre todo responsable.
2. Porque la sostenibilidad fortalece el tejido social y económico del medio rural. Cuanto más sostenibles son las explotaciones más veremos a personas trabajando en la agricultura y asentada Si queremos que haya una agricultura profesional, tecnificada y rentable, se debe de divulgar la sostenibilidad para hacer llegar el mensaje a todos los productores, de que existen métodos de producción que permiten optimizar recursos y producir alimentos seguros y saludables. Se debe de estimular el aprendizaje y la profesionalización de los agricultores y demostrarles cómo pueden mejorar su rentabilidad aplicando la tecnología y los criterios de sostenibilidad. En esto también entra la concienciación de la protección del entorno y la biodiversidad, ya que entendiendo éstos como parte de su patrimonio serán parte activa de su gestión y preservación.
Finalmente esta comunicación propiciaría un cambio de conducta en los consumidores que haría que aprecien más los productos sostenibles al valorar sus atributos de salud (menos pesticidas), medioambientales y sociales. Si todo el funcionamiento del mercado está basado en el proceso de decisión de compra del consumidor, es imperativo que se le facilite una información sencilla pero suficiente para que se incline por comprar aquellos productos que no solo beneficien su salud (o por lo menos no la dañen), si no que producen un menor impacto ambiental y fortalecen la economía de su región y de su país. Se debe pues superar el miedo a que un producto etiquetado o identificado pueda perjudicar las ventas del que no lo está, debemos buscar que haya información de todo cuanto está en los lineales, el modelo comercial debe evolucionar, para tener agricultura sostenible, debe haber distribución sostenible y consumidor sostenible.