¿Será una buena cosa el TTIP para la hortofruticultura española? Una interesante jornada en el marco de la feria Alimentaria
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El lunes 25 de abril me toco moderar una interesante jornada sobre el impacto del TTIP (el acuerdo que se está negociando de libre comercio y mucho más, entre los Estados Unidos y la Unión Europea) y sus consecuencias para la agricultura española.
Tuvo lugar en el marco extraordinario de la Feria Alimentaria. Los organizadores del Fruit Business Forum han tenido la buena idea de organizarlo este año allí y de animarlo con una discusión extensa sobre un tema de gran actualidad.
Estuvieron representados muchos de los que cuentan (o deberían contar) en este tema: desde la Comisión Europea (representada por la oficina de Barcelona) a la agregada agronómica de la embajada americana pasando por El Departament Catalan, un parlamentario europeo y los representantes de dos de los sectores agrarios estrella de la negociación: las frutas y hortalizas (a menudo presentado como un ganador potencial del acuerdo) y el sector cárnico (considerado como uno de los que podría estar confrontado a mayores dificultades).
En este blog nos vamos a concentrar en las frutas y hortalizas: Ya tendré ocasión en una píldora de la PAC de mi página web de abordar el conjunto de la discusión.
Tuvimos derecho a dos ponentes de lujo. Neli Hadju es la joven pero enérgica responsable de seguir todas las negociaciones internacionales en FRESHFEL, la organización que intenta con bastante éxito representar los intereses del conjunto de la cadena de comercialización hortofrutícola europea en Bruselas y en el resto del mundo. El corredor local de la etapa fue Manel Simón, general manager de Afrucat y ya viejo conocido del sector a pesar de su juventud y aire juvenil.
Entré en la sala con el prejuicio (esto es, el juicio previo) de que las frutas y hortalizas podrían ser (junto con el aceite de oliva) uno de los sectores ganadores de un buen acuerdo TTIP, equilibrado y aceptable para todos.
La sesión fue una ducha fría.
Neli Hadju nos explica convincentemente que el principal obstáculo a la exportación europea de frutas y hortalizas a los Estados Unidos son los obstáculos no arancelarios, la autorización por parte del APHIS planta por planta. Estado miembro por Estado miembro y productor por productor y que este tema no está incluido en las negociaciones. EL APHIS iría a a un ritmo de 40 aprobaciones anuales y habría más de 1000 demandas en espera de tratamiento.
En cambio, en Europa, el sistema no requiere de una autorización individual. Está entonces claro que el camino a recorrer para que las oportunidades de comercio que podrían abrirse con un acuerdo TTIP se transformen en realidades, sería largo y tortuoso.
Manel Simón no niega que pueda haber oportunidades quizás para los cítricos o los kiwis pero para los productos que trabaja AFRUCAT y, en particular la manzana como producto estrella, las cosas no están tan claras. Los Estados Unidos son un gran productor, del hemisferio norte es decir que produce al mismo tiempo que nosotros e importa, como nosotros, cuando disminuye la oferta local, desde el hemisferio sur. Hay por lo tanto poca complementariedad y oportunidades, al lado cierto es de algunos nichos posibles pero de dimensión reducidos.
La conclusión es que hay que realizar un análisis mucho más fino de las consecuencias posibles del acuerdo, sector por sector y producto por producto. Los análisis macroeconómicos, además de ser frágiles por el gran número de hipótesis quien hay que asumir para poder hacerlos funcionar, pueden dar una idea general y global, siempre útil, pero son claramente insuficientes para abordar con rigor las posibles consecuencias del acuerdo, prepararse para capturar las oportunidades y hacer frente a los desafíos.