La política europea de frutas y hortalizas fue la primera en condicionar el apoyo público europeo a actuaciones respetuosas con el medio ambiente, una condicionalidad que se impondría unos años más tarde.
Hoy estas exigencias están a la orden del día, disponible, en lo que se refiere a la cadena alimentaria, con el Pacto Verde Europeo y las estrategias «De la granja a la mesa» y «Biodiversidad». Se trata de conseguir que Europa sea el primer continente neutral en el plan climático para 2050. Este representa la gran apuesta estratégica de la Comisión Van der Leyen .
Nos hemos esforzado en mostrar los distintos enfoques que han permitido al sector avanzar en el camino de la sostenibilidad y en el ofrecer a los consumidores algunos de los alimentos más seguros del mundo. El primero de ellos, por méritos propios, es sin duda la agricultura ecológica pero también contribuyen a esta labor otros enfoques complementarios como la agricultura integrada o “cero pesticidas”.
Lo hemos intentado demostrar presentando ejemplos concretos de iniciativas promovidas por diferentes Organizaciones de Productores (OPs) y Asociaciones de Ops (AOPs), principalmente francesas, italianas y españoles, pero también belgas, austriacos y checos.
En nuestras conclusiones destacamos primero dos buenas noticias. La primera es que, después de varios intentos de suprimirlas en varias reformas de la PAC bajo el argumento falaz de la “simplificación” (lo que me costó muchos disgustas y hasta el puesto), las OP como las existentes en el sector de las frutas y hortalizas se han convertido en un ejemplo a seguir que puede extenderse a otros sectores. Por tanto, podemos celebrar el final de la travesía del desierto para las OP comerciales y sus Asociaciones. De paso, debemos subrayar que las Estrategias Nacionales que existen en el sector hortofrutícola desde mediados de la década de 2000, son el antecedente claro a los Planes Estratégicos de la nueva PAC. Con esto, aprendí que se puede pagar caro el tener razón antes de la hora fijada por otros, en particular los burócratas obtusos.
La segunda buena noticia es que para la sociedad civil europea, los consumidores y los contribuyentes, la sostenibilidad de la producción agraria y la calidad intrínseca son cada vez más importante. Los productores de frutas y hortalizas, y en primer lugar los que están integrados en las organizaciones de productores, han demostrado en el pasado su capacidad de cambio y adaptación.
Entre los retos a afrontar para construir el futuro destacamos, entre otros, el necesario reforzar del apoyo a la investigación y la innovación; la importancia de un asesoramiento a las explotaciones eficaz y la necesidad de directivas e iniciativas claras para promover la presencia de productos ecológicos, productos locales y productos con sello de calidad europeo en la restauración colectiva. También subrayamos la importancia y la relevancia del principio de «una sola salud: humana, animal y vegetal» que debe conducirnos a garantizar que los productos importados cumplen los mismos altos estándares de calidad que los que caracterizan a los productos comunitarios.
[1]El estudio completo está disponible: https://tomasgarciaazcarate.chil.me/post/sustainable-fruit-and-vegetables-a-40-years-history-402406
