Los datos de producción y toneladas que publica el Magrama lo confirman y es una realidad, el descenso paulatino del melón en beneficio de la sandía.
El melón se encuentra en un momento difícil, sobre todo el de La Mancha, con una gran cantidad de variedades con las que últimamente se busca más la productividad que la calidad y con el acecho incansable del virus Nueva Delhi, que el año pasado causó a final de la campaña muchos problemas de calidad y merma, con casi 1.000 has de tardío perdidas. Esto hizo que los resultados no fueran los esperados, y si añadimos que su mercado es casi solo a nivel nacional, y teniendo en cuenta que los datos de consumo están bajando, el futuro no es muy esperanzador.
Esto ha llevado como consecuencia ha provocado que el agricultor apueste por otro cultivo, como es la sandía, con características y condiciones totalmente distintas. Variedades consolidadas que tienen mucho éxito entre los consumidores, con marcas que se identifican fácilmente y con un mercado que no tiene límite. Todo esto hace que su crecimiento sea cada vez mayor de año en año.
Está claro que habría que trabajar para que la situación por la que está pasando el melón cambiara y para ello sería necesaria una concienciación del sector hacia la calidad y las buenas prácticas agrícolas para conseguir controlar el virus, así como la colaboración de la Administración. Es imprescindible que entre todos consigan que un producto tan importante para la zona no llegue a desaparecer.
