Agricultura y Medio Ambiente: “Eneamigos”
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Por Vicente de Santiago, director de VdS Comunicación
Uno, que ha llegado a las redes sociales con cierta edad (nunca es tarde, si la dicha es buena), no acaba de sorprenderse con ciertas cosas como la moda de juntar palabras para definir conceptos de lo más chocante: “amigovio” (amigos con derecho a roce o “Persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo” según la RAE); “Juernes” (un jueves que ya es de fiestón como si fuera viernes); “Viejuno” (jóvenes que parecen viejos, como el pequeño Nicolás, o viejos que van de jovencitos); o el ya último e increíble “Fofisano” (actor entrado en barriga cervecera que en vez de llamarse “gordito”, como toda la vida, pues mejor…. fofo, pero sano).
Como nosotros trabajamos en el mundo de la agricultura, vamos a proponer aquí un nuevo concepto para definir las relaciones entre Agricultura y el Medio Ambiente: el “Eneamigo” (enemigos declarados, pero condenados a entenderse). No hay que explicar aquí la lucha despiadada que ha existido y existe entre los defensores del medio ambiente y el mundo de la agricultura en todos los ámbitos. Yo nunca he entendido ese odio visceral, pero es evidente que la actividad agraria incide en el medio ambiente y que el medio ambiente es inconcebible sin agricultura.
Hace años propuse una campaña al Ministerio de Agricultura con el slogan “¿Te imaginas un país sin agricultura?”, acompañado de unas imágenes de un coche avanzando por una eterna carretera llena de ciudades, polígonos industriales o tierras abandonadas y erosionadas, sin campo de cultivo alguno. No me compraron la idea, pero creo que se entiende el mensaje.
En estos años, las organizaciones ecologistas han sido imprescindibles a la hora de exigir que se hagan las cosas bien, que se tomen todo tipo de medidas y regulaciones, creándose en Europa la más estricta normativa mundial de control de la agricultura en defensa del medio ambiente. Para ello han utilizado muy bien la estrategia del miedo a lo que comemos y han logrado siempre la primera plana de los medios de comunicación al agitar ese miedo. Un 10 para sus estrategias de comunicación, que no hemos sabido nunca desarrollar en el sector agrario.
La pregunta que yo me hago es: ¿Cuándo van a dejar a un lado esa estrategia del miedo para ponerse a colaborar en soluciones reales para lograr un mundo más sostenible? ¿No creen que es imposible hacer desaparecer la agricultura intensiva en Europa y que lo que nos haría avanzar más rápido es trabajar juntos por conseguir el mínimo impacto posible de la actividad agraria?
En las últimas semanas hemos trabajado desde VdS Comunicación en tres ejemplos claros que son iniciativas del sector agrario y de la industria por conseguir una agricultura donde las Buenas Prácticas Agrícolas sean implantadas en las explotaciones agrarias para conseguir ese mínimo impacto en el medio ambiente, ayudando a luchar contra el cambio climático o fomentando la biodiversidad y la aparición de polarizadores: El Proyecto Life+agricarbon; el Proyecto INSPIA y la implantación de márgenes multifuncionales en la prestigiosa bodega Valquejigoso.
Creo que es hora ya de que también las organizaciones ecologistas se sienten a la mesa para debatir soluciones reales y aplicables a una agricultura productiva y sostenible desde el punto de vista ambiental, social y económico. Soluciones que fomenten lo ecológico siempre que sea posible y lo sostenible donde no es viable ni económica ni socialmente la ecología. El miedo de la sociedad y la posición de fuerza en los medios ya lo tienen. Las normativas estrictas y la predisposición de los políticos europeos a apoyar sus tesis, también. Su labor ha sido muy útil para poner los límites y marcar lo que hay que hacer. Ahora, igual es tiempo de ser pragmáticos y ayudar de verdad al medio ambiente.
¿Se imaginan que conseguimos que el 90% de agricultores que no apuestan por lo ecológico en Europa implantasen todos las Buenas Prácticas Agrarias y márgenes multifuncionales en sus fincas? ¿Hasta dónde mejoraríamos el medio ambiente y reduciríamos el impacto de la agricultura en él? ¿No vale la pena intentarlo y no quedarse sólo en conseguir que El Pais o el Mundo nos saquen en portada alarmando a la sociedad con lo malos que somos los de la agricultura?
Yo me conformaría con que cuando vaya de Madrid a un pueblo cualquiera de España en coche vea por el camino bodegas y viñedos dentro de encinares como los de Valquejigoso, o campos de cereal y girasol como los de Cortijo Maestre y fincas de olivares o frutales con su cubierta vegetal y sin erosión, o cultivos rodeados de márgenes con plantas y flores, etc., etc. No soy ecologista, pero me encanta el Medio Ambiente. Parece una contradicción, pero no lo es. Apuesto porque seamos “Eneamigos”.
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