APRIFEL, brazo armado de la Interprofesión francesa de las frutas y hortalizas, ha organizado una gran conferencia para hacer balance de las campañas de promoción del consumo de frutas y hortalizas en Francia. Aunque la verdad es que el ámbito final fue mucho más amplio.
Lo primero a destacar es que la reunión estuvo alojada en el Ministerio de la Salud Pública y contó con una participación muy importante desde el mundo medico, de la investigación en alimentación y nutrición y de responsables políticos tanto del Congreso de los Diputados y del Senado francés de ambos mundos, el agrario y el de la salud pública.
Quedó claramente claro que el consumo de frutas y hortalizas en Francia no alcanza los niveles que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Rápidamente se abordo el tema de los residuos de pesticidas y el Profesor Ambroise Martin presentó el conjunto de los estudios disponibles. Evidentemente, cuantos menos residuos de pesticidas tengan los productos, mejor, pero el beneficio global del incremento del consumo es unas 88 veces más importante que el incremento del riesgo ligado a los mayores pesticidas ingeridos.
Martine Padilla abordó el tema de las desigualdades sociales y sus consecuencias sobre el consumo de frutas y hortalizas.
El consumo está bajando y el número de “pequeños” consumidores (menos de 2 frutas y hortalizas al día) está aumentando, sobre todo entre los jóvenes, lo que es bastante inquietante, que no es compensado por el (ligero) aumento del consumo de los que tienen más de 65 años.
La disminución del consumo de frutas está relacionado con los niveles de renta (a mayor renta, mayor consumo), pero no en el caso de las hortalizas, en las que el factor más importante es la falta de atractivo. A mayor nivel educativo, mayor consumo, pero el incremento de “pequeños” consumidores es transversal a todos los niveles de renta. Desde la campaña de promoción de la fruta (y hortalizas) en la escuela, se promueve su consumo, que tiene que ser fuera de las comidas, pero desde el Ministerio de Salud Pública se lucha contra el consumo entre horas.
Michele Cecchini, de la división salud de la OECD, hizo un balance de las políticas de salud pública existentes en los distintos países de la OECD, Francia incluido. El bajo consumo de frutas y hortalizas aparece como casi tan negativo para la salud como el consumo de tabaco.
Subrayó que la participación francesa en el programa de las frutas (y hortalizas) en la escuela está bastante por debajo de la media comunitaria. A la pregunta de ¿por qué?, hecha desde la sala, se subrayó la complejidad de la organización para las escuelas y los ayuntamientos. Sería necesario un intermediario que se hiciera cargo de los aspectos organizativos dejando los temas pedagógicos a las escuelas, que esto sí que lo saben hacer. Otro aspecto está ligado a la financiación, ya que los ayuntamientos tienen que adelantar los fondos y los pagos son a tanto alzado y no cubren los costes reales.
Estos aspectos también se dan en otros Estados miembros, estoy pensando por ejemplo en Italia, y el éxito es mucho mayor. Por lo tanto, debe haber aquí algún problema franco-francés sin resolver. Porque interés hay, ya que otras iniciativas similares sí que tienen más éxito.
Florence Buchholzer, de la DG AGRI de la Comisión Europea, tenía la misión de abordar el tema bastante novedoso de la relación entre la Política Agraria Común (PAC) y la salud pública.
Se ha trabajado mucho sobre la relación entre PAC y medio ambiente, pero mucho menos sobre los aspectos y consecuencias nutricionales. Para ello utilizó dos ejemplos relacionados con el sector, el programa de frutas (y hortalizas) en la escuela del que ya se había hablado a lo largo de la mañana y el de la promoción de los productos comunitarios en el mercado europeo, pero sobre todo en los países terceros. Al mismo tiempo, aprovechó, como no podía ser de otra forma, para presentar la Comunicación sobre el futuro de la PAC aprobado el día anterior por la Comisión.
François Villeneuve, desde el ámbito de la investigación, abordó el uso de los productos fitosanitarios en Francia. El consumidor, por muchas campañas que se hagan sobre las “frutas feas”, sigue comprando en base al aspecto físico externo de los productos. Hay manera de reducir la utilización de productos fitosanitarios con nuevas variedades y con técnicas alternativas que deben estar adaptadas a cada territorio, cultivo, condiciones climatológicas anuales.
El auge del biocontrol requiere una formación específica de los agricultores; representa un aumento del riesgo productivo; implica un cambio completo de los itinerarios técnicos y de la manera de trabajar los campos o los invernaderos; estaría más o menos preparado para hacer frente a ataques “suaves”, pero queda lo que se debería hacer en caso de ataques “masiva”. En el lado positivo hay que destacar el aumento de la gama de posibilidades de biocontrol disponibles hoy que contrasta con la disminución de las sustancias fitosanitarias clásicas autorizadas en Europa, y el aumento del conocimiento de estas posibilidades por los productores.
Daniel Sauvaitre, Presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores nacional “manzana y pera”, presentó el ejemplos concreto de una contribución positivas de la producción frutícola sobre el medioambiente, el del proyecto de “Frutales ecoresponsables” (Vergers écoresponsables) en base al desarrollo de la producción integrada.
El mercado y su volatilidad por la tarde
Por la tarde tuvo lugar una mesa redonda sobre los riesgos económicos ligados a las fluctuaciones de la producción de frutas y hortalizas. Eric de la Chesnais, periodista del prestigioso periódico Le Figaro, moderó con dinamismo, y esto que era difícil, ya que se desarrolló justo después de la comida.
Tuve el honor de introducirla con una presentación histórica de la evolución de la organización común del mercado hortofrutícola, terminando con el reglamento Omnibus, la sentencia de la Corte de Justicia sobre el caso endivias y la muy reciente Comunicación sobre la próxima PAC. Ya tendré la ocasión de presentar en este blog el contenido de la presentación, con lo que nos centraremos aquí en el contenido de las intervenciones de los restantes participantes en la mesa redonda.
Allaume Bobe, representante de las familias francesas, plantea que el consumo de frutas y hortalizas sigue bajando mientras que la demanda de productos ecológicos aumenta, lo que demuestra que todo el problema no viene de su precio. Seguramente hay un problema de calidad gustativa, de placer en el consumo. No solo queremos productos higiénicamente sanos, queremos productos que nos gusten, maduros, sabrosos y que nos den ganas de volver a comprarlos.
Bruno Dupont, presidente de la Interprofesión francesa, subraya que el programa de las frutas (y hortalizas) en las escuelas es también el acercar el campo, su realidad, a la ciudad y a los ciudadanos, o más bien los citadinos. Hay muchas iniciativas que dan buenos resultados, empezando por una reducción continua del consumo de pesticidas y siguiendo por el auge (lento cierto) de los productos de calidad garantizada bajo indicaciones de origen.
Serge Hercberg, presidente del Programa Nacional Nutrición y Salud de Francia, aclaró que todo el mundo sabe que el consumo de frutas y hortalizas es bueno para la salud pero que este conocimiento no se transforma en los correspondientes actos de consumo. Consumirlos no puede ser un castigo sino tiene que ser un placer.
François Lafitte, productor y responsable nacional de OPS, se quejó que muchas decisiones son tomadas por los políticos pero que las consecuencias económicas las pagan los productores. Desde que España entró en el mercado común, Francia perdió una cuarta parte de su producción. Hoy pasa lo mismo con Polonia en el mercado de la manzana y la fresa.
Fue un periodo difícil. Lo hemos pasado mal. La nueva OCM basada en organizaciones de productores económicas para la venta nos ayudó a transformarnos en empresarios claramente orientados al mercado y que miran al consumidor. Ahora estamos observando una recuperación de la producción francesa, más organizada, con mayor calidad y gran trazabilidad.
La relación con la gran distribución sigue siendo difícil, no solo en el precio sino también en la imagen del producto. Muchas veces nos obligan a quitar nuestras marcas para imponer su marca distribuidor. Como productor también de agricultura ecológica, está convencido que los productos ecológicos son un bienvenido factor de segmentación de mercado pero no tiene vocación a alimentar por si solo todo el planeta. Su explotación en ecológico le ha ayudado mucho a mejorar su manera de trabajar, le ha permitido reaprender y reapropiarse técnicas de cultivo extremadamente útil y que utiliza también en su finca en agricultura convencional, o más bien en agricultura integrada.
Jacques Loyau, asistente del Eurodiputado francés Eric Andrieu, recordó el papel del Parlamento Europeo en el mantenimiento del programa europeo para los más desfavorecidos y para la fruta (y verdura) en la escuela.
Jacques Andrieu, de France AgriMer, terminó presentando las líneas de actuación que tiene previsto la Administración francesa en un (próximo) futuro. Han organizado un gran encuentro de todos los actores de la cadena (llamado “Estados Generales de la Alimentación”) y el proceso todavía no ha terminado.
El nuevo enfoque está centrado entorno a las cadenas. La interprofesión francesa reúne a 14 familias, que van desde la producción a la gran distribución pasando por la restauración colectiva, el sector HORECA y la industria agroalimentaria. En esto estas interprofesiones “largas” difieren mucho de lo que estamos haciendo en España, aunque no se conquisto Zamora en una hora. La vida y las discusiones no son fáciles con tantos participantes, a veces las cosas de palacio van despacio, pero al final están emergiendo una visión de futuro compartido que crea una base solida para la acción pública y privada posterior.
Sigue habiendo muchas cosas que aprender de lo que hacen nuestros vecinos galos.