Hace poco más de un año empezó a multiplicarse por la red el concepto de “Clean Eating”en toda clase de webs, en blogs y rápidamente abrazado por los gurús de la alimentación que se han encargado de cincelar sus principios y lineamientos. Quizá usted no ha oído aún de esta tendencia, pero ya está empezando a reconfigurar el panorama de la agroalimentación y la distribución mientras seguimos haciendo la compra y llenando nuestra nevera.
Pero encontrar los orígenes de esta tendencia no parece fácil, escudriñando internet se encuentra la primera autora relevante que en 2015 abrió una web de alimentación y “fitness” y que dedica todo su trabajo a este concepto de “vida sana” o “vida limpia”, su nombre es Tosca Reno y es una de las marcas personales más exitosas en EE.UU. Pero existen muchos nombres más, todos sabemos cómo en internet convertirse en un gurú de algo es una combinación de talento, perspicacia y buena suerte. Incluso en la web de National Geographic ya le dedican una entrada al concepto y sus principales características.
El concepto “Clean Eating” poco a poco se está definiendo como una filosofía que agrupa el binomio ‘Estilo de Vida’ + ‘Decisión de Compra’, empezó siendo un concepto que alentaba a los consumidores a consumir comida no procesada, a comprar productos frescos y de calidad y a prepararlos en casa para quitar los excesos de grasa, de azúcar, de almidones, de conservantes, etc., en su evolución se ha ido ampliando y fundamentando en una combinación de principios de nutrición y de ecologismo. Los “Clean Eaters” ya no sólo comen fresco y sano, sino que son ávidos lectores e interpretadores de las etiquetas de los alimentos, de sus declaraciones ambientales y de sus atributos nutricionales. Son consumidores que van más allá del producto ecológico, eso ya es sólo una parte de la ecuación y no es excluyente a la hora de seleccionar productos. En su mente empiezan a tener un concepto mucho más complejo, hay un análisis muy bueno hecho por Rocío Antón (@rocio_anton) en qcom.es sobre las preocupaciones del consumidor sobre su salud, cómo las está integrando en su proceso de decisión de compra y cómo la industria está reaccionando al respecto.
Básicamente un “Clean Eater” tiene dos preocupaciones, su salud y su entorno. Es un consumidor que quiere productos que garanticen por un lado que no van a perjudicar su salud y por el otro que van a ser responsables con el medio ambiente y la sociedad. Si compra productos frescos irá prefiriendo los productos ecológicos, los productos “libres de residuos de pesticidas”, los productos locales, los que tengan etiquetados de calidad como denominación de origen y en general productos que tengan algún tipo de declaración ambiental. Si compra productos procesados va a buscar productos en cuyas etiquetas haya abundante y clara información nutricional, a menudo productos funcionales o nutracéuticos, con certificados de autenticidad, sin azúcar añadido, bajos en grasa y sin grasas trans, bajos en sal, sin conservantes, de elaboración artesanal, obviamente también ecológicos y con etiquetas de calidad y en general con atributos como ‘Comercio Justo’, productos de proximidad, ‘Friends of the Sea’, ‘Rain Forest Alliance’, etc. Este tipo de consumidores interactúa con los productores y los fabricantes en las redes sociales y se informa de sus políticas medioambientales y de responsabilidad social corporativa, valora muy positivamente aquellos productores y fabricantes que comunican sus iniciativas para proteger el medioambiente o mejorar las condiciones de los trabajadores o las comunidades locales. Es un consumidor que puede dejar de consumir algún producto que contradiga sus principios o le decepcione.
La filosofía “Clean Eating” está creando unas condiciones para que diversas redes de consumidores procesen una mayor cantidad de información y se perfeccionen entre sí. Sin duda esta tendencia tendrá una consecuencia muy profunda en el sector, ya que la comunicación entre el productor y el consumidor alcanzará niveles nunca antes vistos. Los consumidores de “Clean Eating” les gusta usar aplicaciones móviles, responder encuestas, usar redes sociales, les gusta expresar sus preferencias y que éstas sean tenidas en cuenta. Son conscientes de que su decisión de compra puede influir poderosamente en la política de una empresa, en el éxito o el fracaso de un producto en el mercado y quieren que cuando vayan al supermercado encuentren en los lineales productos óptimos para su salud y con unos impactos ambientales y sociales medidos y controlados. Es una tendencia paraguas que está agrupando y ordenando muchos conceptos que hasta ahora habían ido sueltos y un poco desgobernados pero que ahora gracias a sus sinergias van a empezar a compartir categoría.
Esta tendencia ya ocupó un lugar destacado en la pasada edición de Fruit Logística y numerosas asociaciones y grupos del sector ya se están informando al respecto. La última conferencia técnica de zumos organizada por IFU el pasado 28 de marzo en Valencia, abrió su programa precisamente con este tema, que es particularmente relevante en la industria de los zumos, que libra una batalla trascendental por posicionarse como un producto saludable y que los consumidores los deslinden de las bebidas azucaradas. Dentro de este segmento los zumos NFC (no procedentes de concentrado) y los smoothies refrigerados están teniendo un crecimiento considerable gracias a esta percepción saludable, es un trabajo difícil, pero ponerle a los consumidores información suficiente y clara determina en este caso la aceptación o rechazo de este tipo de productos, por ello los fabricantes buscan calidad diferenciada, materias primas ecológicas o certificadas libres de residuos de pesticidas y con autenticidad verificada.
En España aún no podemos decir que esta tendencia ha llegado de pleno, pero ya se va anticipando su arribo. Seguramente habrá más artículos al respecto, puesto que los primeros “Clean Eaters” ya están entre nosotros y no harán más que crecer, lo que puede ser una gran oportunidad para mejorar ciertos sectores, así que: bienvenido Mr. Clean Eating, encantado en conocerle.