LA UNIÓ de Llauradors destaca las buenas expectativas en estos momentos de la campaña citrícola porque la recolección va avanzada, los precios son buenos y la oferta de fruta es equilibrada respecto a la demanda, lo que podría traducirse en un final de la misma también en esta línea positiva. En la parte negativa de la campaña cabe destacar las variedades con más volumen productivo en nuestras zonas citrícolas, Clemenules en mandarina y Navelina en naranja, que no han respondido a esa buena sintonía y cuyas liquidaciones se prevén realmente malas.
La demanda de cítricos es un 10% superior a otras campañas y se ha exportado un 16% más que en la pasada. No ha quedado prácticamente nada de fruta por recolectar en el campo y se ha enviado casi todo. La pandemia de la COVID-19 ha resultado provechosa para los cítricos y las recomendaciones de la OMS sobre los beneficios de la vitamina C para hacer frente al virus, junto al hecho de ser una fruta con corteza y que aguanta bien, han hecho el resto.
La organización señala que en estos momentos hay interés del comercio en las mandarinas y naranjas tardías, con variedades escalonadas desde enero hasta abril o mayo y sin dificultades de exportación. Además, se hace a buen precio y un ritmo normal, con mejores calibres en la fruta incluso que en la primera parte de la campaña.
De todas formas, a juicio de la organización, hay que ser prudentes ya que el desarrollo dependerá en gran medida de países competidores como Egipto y Turquía, pues el primero es muy agresivo al vender barato y no resulta bueno para “aquellos que tenemos altos estándares de producción y queremos vender la fruta a un precio razonable en los mercados europeos”.
El arranque de la campaña fue bueno también, no hubo problemas ni en el campo, ni en la comercialización y exportación, ni en los precios, que funcionaron bien hasta principios de noviembre. Pese a las perspectivas optimistas actuales, en el balance de la campaña habrá que tener en cuenta los problemas en la fase media, entre los meses de noviembre y diciembre, con las dos variedades de más tonelaje en la Comunitat Valenciana: Navelina y Clemenules. En los dos casos las cotizaciones han sido más ajustadas y en origen bastante bajas. Además, se ha tenido una importante merma de fruta no comercial por calibres más pequeños de lo deseable.
A la organización le preocupa así mismo que los acuerdos con terceros países que suscribe la UE no tengan ningún tipo de ordenación. “Si no somos deficitarios produciendo cítricos en unos meses determinados, habría que dejar de importar y además hay que reclamar la reciprocidad en las formas de producción para que todos cumplan los estándares europeos si quieren estar presentes en el mercado comunitario”, indica Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ.
También preocupa a los productores la posible entrada de plagas de cuarentena, pues en este último aspecto no hay más que ver los efectos del Cotonet de Sudáfrica en los campos y la falta de soluciones inmediatas. Otro asunto que inquieta al sector es la excesiva dependencia de nuestras exportaciones a la UE y el hecho de que no seamos capaces de consolidar nuevos mercados como China, Japón u otros con arancel cero, ni que haya tampoco unos protocolos de viables para las exportaciones a países terceros. “No nos estamos diversificando y esa dependencia respecto a los mercados de la UE es algo que consideramos negativa y por ello reclamamos al Ministerio de Agricultura que mejore los protocolos de exportación a países terceros”, señala Peris.