Almería cuenta hoy con un 16% menos de hectáreas de tomate de invernadero que hace 9 años, según cálculos de ASAJA, en total, casi 2.000 hectáreas menos. La falta de rentabilidad de este cultivo y la imposibilidad de hacer frente a la competencia de países terceros, entre ellos y especialmente Marruecos, han puesto muy difícil a estos agricultores aguantar con una producción cuyo coste se ha incrementado un 13% aproximadamente en esos 9 años. Y todo esto a pesar de ser un producto “protegido” en el Acuerdo Comercial entre la Unión Europea (UE) y dicho país.
Hace ya 9 años que la UE ratificaba, con la oposición del sector, el Acuerdo Comercial con Marruecos. En su momento, ya desde ASAJA advertían de las consecuencias y las pérdidas que este iba a generar tal y como estaba planteado, pues ya entonces las denuncias de posible fraude, falta de control en los aranceles, cupos sobrepasados…eran constantes y, hoy día, «lamentablemente, seguimos igual, la sensación de indefensión de los agricultores es total, ante éste y el resto de los acuerdos comerciales, porque Europa sigue sin querer oírnos”, señala desde ASAJA-Almería su presidente, Antonio Navarro.
Por eso, después de casi 10 años de inacción por parte de las diferentes administraciones, incluyendo a la propia Comisión Europea, que «ha decidido mirar hacia otro lado a pesar de las reiteradas denuncias del sector, tenemos las consecuencias sobre la mesa». Sólo en la provincia de Almería se ha perdido más de un 16% de la superficie de invernadero de uno de los productos sensibles, el tomate, que incluso casi ha desaparecido totalmente también al aire libre en el Levante. Pero es más, y no es la primera vez que desde ASAJA lo advierten: la menor superficie de tomate conlleva el incremento de otras producciones como pimiento, calabacín o pepino, provocando el desajuste de la oferta y que este Acuerdo pueda tener “nuevas víctimas”.
Las familias que se dedican a la agricultura de frutas y hortalizas, un sector que sigue aguantando todos los golpes, tienen que sobrevivir y, según insisten desde la organización agraria, «lo han hecho sin apoyo, sin ayudas a la renta y con unos costes que no hacen sino elevarse cada año». Por todo ello, «es normal que ante un coste de producción que ronda los 50 céntimos no se pueda aguantar más y se opte por abandonar un cultivo tan tradicional como lo era el tomate en Almería, y que formaba parte de nuestra marca, para pasar a otros con los que salir adelante y que también tienen que hacer frente a esta fuerte competencia exterior». De hecho, Almería ha perdido gran parte de su posicionamiento en el mercado de tomate y se debe a esta situación por la que llevan años de pelea: a Marruecos le sale rentable el acuerdo porque con un precio de entrada de 0,46 ya le gana.
Los acuerdos comerciales deberían estar adaptados a los costes de producción europeos, sólo así se puede contribuir a solucionar el problema. Además, ASAJA reclama, ya que Reino Unido tiene su propio acuerdo con Marruecos, que el actual se revise tanto en los cupos como en los precios de entrada, que deben adaptarse a la situación real y hacer diferenciaciones con especialidades como el tomate cherry. El tablero ha cambiado y, por lo tanto, las reglas del juego deben hacerlo también. Por eso, desde la organización agraria hacen un llamamiento al Ministerio de Agricultura y a los eurodiputados españoles para que promuevan esta revisión del acuerdo.
Por otro lado, y en plenas negociaciones para una nueva PAC en Europa, desde ASAJA-Almería consideran necesario que se le dé mayor relevancia a la OCM hortofrutícola y se articulen medidas compensatorias para este sector por «la dejadez y las pérdidas que está provocando esta situación».