La primera parte de la campaña citrícola alicantina concluye con una Navelina que se vende a 0,07 €/kg, mientras que otros años suele cotizar alrededor de 0,20 €/Kg, y tiene unos costes fijos de producción de alrededor de 0,15 €/kg. Los agricultores achacan el descalabro citrícola del otoño a la entrada masiva de cítricos de Sudáfrica hasta casi diciembre y al escandaloso abuso que están ejerciendo las grandes cadenas, que han subido el precio de la fruta al consumidor, llegando a ofertar en sus lineales un kilo de naranjas entre 1,30-1,50 €/kg, lo que implica un margen con respecto al precio que pagan al productor del 1.900%.
La guinda final al ya irrecuperable primer tramo de la campaña de la naranja de la provincia de Alicante la pone la reina de sus variedades, la Navelina, que en el mejor de los casos el agricultor la ha podido vender a 0,07-0,08 €/kg, cuando sus costes fijos de producción rondan los 0,15 €/kg. Eso sin contar el desmesurado aumento de los costes de producción (luz, agua, carburantes…) registrado en el último cuatrimestre del año. «Y decimos en el mejor de los casos, porque mucha de ella se va a quedar finalmente sin recoger, en los árboles o el suelo». Así finaliza la primera parte de la cosecha de la naranja en la provincia para Asaja Alicante, paradójicamente, casi sin haber empezado, puesto que la entrada masiva de cítricos de Sudáfrica provocó que en los meses de noviembre y diciembre las grandes cadenas siguieran ofertando en sus lineales naranja del país tercero, lo que redujo al mínimo las operaciones de compra del cítrico español y colapsó la salida de nuestra fruta. «El daño es ya irreversible y se calculan pérdidas con respecto al mismo tramo otoñal de la naranja de la cosecha 2020-2021 del orden de 50 millones de euros para el campo alicantino», declaran.
Asimismo, este año, cuando se acaba de aprobar la Reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, que incorpora la novedad de “prohibir la venta a pérdidas”, ASAJA denuncia que estamos asistiendo, de nuevo, a la vulneración de la misma y al abuso al productor cuando las grandes cadenas alimentarias han subido en general el precio de la fruta, mientras que al agricultor se la pagan por debajo de costes. “El claro ejemplo de esta situación de abuso lo tenemos en la naranja. La Navelina cuesta producirla entorno a 0,15 €/Kg, y normalmente el agricultor la puede vender a unos 0,20 €/Kg, mientras el supermercado la oferta a alrededor de 0,80 €/Kg. Esta campaña se la han pagado, al que se las han cortado, a unos vergonzosos 0,07 €/Kg y las han vendido en el súper hasta a 1,50€/kg. Queda claro quien se está lucrando aquí y el nivel de abuso y tomadura de pelo al que se ha llegado, tanto con el consumidor como con el productor”, denuncia el presidente de Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante, José Vicente Andreu.
En este sentido, Andreu afirma que “que con fecha 15 de diciembre de 2021 se publicara la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria es una buena noticia, pues es positivo que por fin exista esta norma en nuestro ordenamiento jurídico y que se prohíba expresamente por ley la “venta a pérdidas” o “venta a resultas”, así como otras prácticas desleales y fraudulentas. Sin embargo, hoy en día seguimos vendiendo por debajo de costes de producción y, en la práctica, nada ha cambiado”.
El presidente de ASAJA Alicante considera que “el problema viene de la Gran Distribución, que impone las condiciones en la cadena de valor, pervierte la transparencia del mercado bajo un ánimo de lucro atroz, el precio se pone en destino y el AICA (Agencia de Información y Control Alimentario que pertenece al Ministerio de Agricultura) debe de poner el foco en el operador que realiza la venta final al consumidor, es decir, la Gran Distribución… Mientras el AICA no consiga corregir los abusos de poder de esta parte de la cadena alimentaria y ordene los rendimientos mínimos de cada operador, la nueva ley no va servir para nada”.