Para conocer en qué situación se encuentra el sector del melón y la sandía en La Mancha, visitamos la Cooperativa Nuestra Señora de Peñarroya, cuyo gerente, Ramón Lara, nos pone en antecedentes de lo ocurrido durante la campaña pasada, una de las más complicadas de cuantas recuerda. “Tuvimos días en los que casi no se cerraron operaciones, daba igual al precio al que se cotizara la fruta, los compradores se retiraron debido a la falta de consumo. Fue un año durísimo”, explica Lara. De todo ello hay constancia en la Lonja del Melón, creada precisamente para ello, para tener un registro de los niveles medios de venta, sin otra pretensión que la de informar a todo el sector, y traer un poco de orden a esta zona de producción donde cooperativas, SAT, agricultores independientes y corredores tienen que convivir y luchar por un mismo objetivo: obtener rentabilidad.
Pero es precisamente por esa necesidad de volver a hacer rentable este sector, por lo que Lara le augura un mayor recorrido a la Lonja, y confía en que sea el germen de una futura Interprofesional, con capacidad de crear normas de obligado cumplimiento. Y de ahí, el paso para reactivar el sello de la IGP será solo una cuestión formal. “La falta de recursos económicos, a la vez que la escasa demanda de este marchamo por parte de los grandes compradores, ha provocado casi su desaparición, tan solo una entidad sigue comercializando bajo este sello. Sería realmente positivo poder retomarlo, pues necesitamos proyectos que nos permitan diferenciar los productos en los lineales”, comenta Lara, añadiendo que quizás los mercados internacionales serían un buen destino donde retomar esas acciones.
Exportación
Mucho se habla de la exportación de melón Piel de Sapo, y desde la Cooperativa nos confirman su incremento, aunque por ahora sin grandes volúmenes que compensen las bajadas de las ventas y de los precios en el mercado nacional. “Hay mercados que mantienen ritmos de crecimiento muy constantes, como Francia, y otros como Holanda y Alemania donde estamos introduciéndonos, pero con calma. No podemos olvidar que nuestro principal mercado es y seguirá siendo el nacional”, explica el gerente.
Por ello, es vital para el sector buscar líneas de trabajo que les permitan ofrecer rentabilidad a sus agricultores. La producción de sandía se presenta como una de ellas. De cara a este ejercicio, incrementarán la superficie un 12% en detrimento del melón. “El agricultor, ante los bajos precios, prefiere apostar por cultivos que a priori cuentan con un mayor rendimiento por hectárea. Esto, unido a que la demanda de sandía parece que va en aumento gracias a las nuevas tipologías sin pepita, está animando al agricultor”, añade Lara.
Pero no nos olvidemos de una cuestión, el melón y la sandía aunque son complementarios en la producción, son competidores a la hora de llegar al consumidor.