Analizando cuáles van a ser las vías de crecimiento de las categorías alimentarias en un futuro próximo nos encontramos con 4 grandes pilares de desarrollo (figura 1). Históricamente, nos hemos basado en estos 3 ejes de consumo: la salud, el placer y la conveniencia. Pero, desde hace ya algún tiempo, debemos añadir uno más: la conciencia.
La preocupación por la sostenibilidad medioambiental es un factor cada vez más presente en la mente del consumidor y, aunque la situación económica actual puede penalizar las opciones más sostenibles y priorizar las de precio, es un deber de las empresas fabricantes y distribuidoras pensar en términos de reducción del impacto medioambiental. En un futuro muy cercano, no será un factor diferencial, sino una condición indispensable para poder ser elegido por el consumidor.
«La pandemia nos ha traído el concepto de ‘inmunidad’ asociado a los alimentos y esta ‘funcionalidad’ tiene un gran recorrido»
Al margen del cuidado del planeta, aparece otro tipo de conciencia: la social. Lo local y lo artesano/auténtico son un refugio emocional, aunque de nuevo, no a cualquier precio.
Un aspecto muy relevante en términos de sostenibilidad y muy sensible para el consumidor es la lucha contra el desperdicio alimentario y el aprovechamiento. Ahorro y conciencia se dan la mano.
Pero si tenemos que decantarnos por un eje más a largo plazo, este es, sin duda, la salud. Todos conocemos la frase ‘la salud no tiene precio’; es claramente una de las áreas de oportunidad. En este sentido, frutas y hortalizas tienen mucho territorio conquistado frente a los productos procesados. Además, la pandemia nos ha traído el concepto de ‘inmunidad’ asociado a los alimentos y esta ‘funcionalidad’ tiene un gran recorrido.
Hay que tener en cuenta que el consumidor busca alimentos que combinen salud y placer, no un alimento funcional puro, pero sí con una percepción beneficiosa (podría mencionar el kéfir o skyr frente al yogur como ejemplo).
Según el último estudio que hemos realizado desde Across The Shopper, ‘Tensiones alimentarias en relación con la salud’, en España, 2 de cada 3 adultos siguen algún tipo de dieta específica, siendo los jóvenes los que lo hacen en mayor medida.
Conciencia y salud son, por tanto, dos ejes prioritarios en la realidad actual, pero la alimentación siempre tendrá en cuenta el placer (sabor) y la conveniencia (productos que faciliten la vida al consumidor).
Podríamos concluir que, cuando hablamos de una opción ganadora en alimentación, la clave está en ser capaces de aglutinar en una misma propuesta por lo menos dos de estos ejes. Mezclar placer y salud o conveniencia y salud, por ejemplo, suele resultar mucho más rentable que centrarse exclusivamente en un único eje. Los ganadores serán aquellos que combinen 2 o más ejes y que, además, sean percibidos como ‘ahorro’ frente a otras alternativas. Es cierto que el precio será una prioridad para el consumidor en los próximos años, pero no nos olvidemos de estos 4 ejes para competir con otros argumentos.