Así lo afirma Carlos Ortega, técnico agrícola en el vivero de Fresón de Palos en Navas de Arévalo (Ávila) cuando, durante nuestra visita, le preguntamos cómo realizan la desinfección del suelo antes de iniciar la multiplicación de planta. Las únicas herramientas a su alcance siguen siendo los formulados a base de 1,3 dicloropropeno y cloropicrina, que dependen cada año de la autorización excepcional por parte del Ministerio de Agricultura. Y una situación similar es la que viven los productores en Huelva, donde también cuentan cada vez con menos materias activas para sacar adelante sus cultivos.
«La plantación se ha retrasado en torno a 20 días este año»
En Fresón de Palos, continuarán apostando por Fortuna, Rábida y Rociera como variedades principales, si bien Ortega avanza que “estamos probando una nueva variedad de FNM en una hectárea de superficie”. El objetivo no es otro que seguir adaptando su oferta a la demanda de sus clientes en lo que a volumen y calidad organoléptica de sus frutos se refiere; pero no solo eso, también trabajan para ser más sostenibles en todo el proceso de obtención de la planta.
De este modo, tratan de optimizar el uso de todos sus recursos e insumos (agua, abonos, fitosanitarios…) para lograr el mayor rendimiento posible minimizando los costes, así como mejorar continuamente sus instalaciones en Navas de Arévalo, incorporando el más alto de nivel de mecanización que su actividad le permite.
Cuando visitamos a Ortega, se muestra optimista con respecto al desarrollo de la planta en vivero: “De momento, todo va dentro de la normalidad”, si bien apunta que, en esta ocasión, la plantación de los cultivos se ha retrasado en torno a 20 días con respecto a un año normal, sobre todo, de la variedad Rociera.