La campaña pasada fue un ejercicio complicado, con unos niveles de precios realmente bajos. ¿Cuáles fueron a su juicio los motivos que originaron esta situación?
Tenemos que diferenciar lo ocurrido en naranjas y mandarinas. Nuestra campaña de mandarinas finalizó con resultados realmente buenos, con un incremento del 20% en las ventas gracias a la excelente calidad de la fruta. En cambio, las naranjas no alcanzaron hasta marzo la calidad que correspondía y que deseábamos, y está claro es que en un mercado globalizado, donde hay una gran oferta todos los días, el consumidor compra lo que le satisface, y si un producto no es bueno, no repite. Estamos totalmente convencidos de ello, y por este motivo, hemos acometido un ambicioso proyecto, la ampliación de nuestras instalaciones, aumentando nuestra central en un 30%, y así poder garantizar la mejor calidad a nuestros clientes.
Se confirma por tanto que la calidad es un factor clave. ¿Tendremos esta campaña niveles superiores a los del año pasado?
Creo que efectivamente los hay. En la primera parte del ejercicio hemos tenido, con las variedades de clementinas Clemenrubi y Oronules, una calidad extraordinaria, y su comercialización ha sido correcta. En términos generales, gracias a la climatología de este año, la fruta tiene ya en estos momentos mayores niveles de grados brix que el año anterior, por lo que considero que será una campaña totalmente diferente. “Estoy convencido que las clementinas son el cítrico del futuro”
Hablando de variedades de clementinas. Están irrumpiendo en el mercado nuevos materiales, tanto precoces como tardíos. ¿Son las clementinas el cítrico del futuro?
Sí, estoy complemente seguro. Pienso que en el futuro se comerán más mandarinas y se beberá más zumo de naranja. La cuestión es si será en fresco o envasado. Con respecto al veto ruso, ¿era un mercado realmente importante para el sector citrícola? Creo que hasta ahora nadie se había parado a analizar el volumen que se estaba exportando a ese país, unas líneas de negocio importantes, que nos habían costado muchos años alcanzar, por lo que independientemente de si el tonelaje exportado era elevado o no, siempre será una mala noticia para España este cierre de fronteras. Sin embargo, tenemos la esperanza de que, como ha ocurrido históricamente, a primeros de año se solucionen estas cuestiones políticas, las aguas vuelvan a su cauce y la sensatez prevalezca.
Este veto ha puesto sobre la mesa la necesidad de abrir nuevos mercados. ¿Consideran adecuado el trabajo que desde la UE se está realizando en este sentido, hay reciprocidad en las relaciones comerciales con terceros?
El que espere a que los políticos le vayan a solucionar los problemas está completamente equivocado. Somos nosotros los que al final, con nuestro esfuerzo logramos esa apertura real. Tenemos que trabajar todos los días, hacer las cosas muy bien y convencer al consumidor con la calidad.