Desde hace unos años, la cooperativa Cuna de Platero era consciente de la necesidad de ofrecer a sus clientes un producto único, que les permitiera posicionarse comercialmente como un proveedor de calidad y servicio, en definitiva diferenciarse. Para ello, había que llevar a cabo una pequeña revolución, como así nos lo detalla su gerente Juan Báñez.
Desde un punto de vista agronómico, esa revolución se está desarrollando bajo dos proyectos, por un lado participando en el programa Food Chain Partnership de Bayer CropScience, a través del cual ya gestionan el 100% de su superficie de fresa, y por otro lado, con el protocolo Zerya de Producción Sin Residuo. “Una de nuestras grandes bazas es la implicación total de los agricultores, pues ellos son los primeros en entender que la sostenibilidad y la seguridad alimentaria son tendencias de los mercados a las que debemos dar respuesta”.
Una marca, un proyecto
Ya puesta en marcha esa diferenciación en campo, ahora era el momento de trasladarla al mercado, y qué mejor que hacerlo creando una nueva marca: Berrycatessen. Pero bajo este nombre tan sugerente el consumidor no encontrará cualquier fruta. Solo comercializarán aquellas variedades que por su calidad, sabor, aroma y vida comercial puedan destacar en los lineales como premium. Por ahora ya cuentan con una variedad de frambuesa para esta marca, Adelita, con exclusividad comercial junto a otras cuatro empresas. “Cuando dispongamos de la variedad idónea en mora y arándano para comercializarla bajo Berrycatessen, así lo haremos. Es decir, el objetivo es ofrecer una fruta única para que el consumidor al adquirirla sepa que está comprando un producto delicatessen”, añade el gerente.
En definitiva, hoy la diferenciación se logra por la variedad, la marca y el formato, y la apuesta de Cuna de Platero va en este sentido. Hoy inician este proyecto, convencidos de que con ella conquistarán a los consumidores del futuro.•