Arranca una nueva campaña de patata nueva, un ejercicio que a priori se presenta totalmente diferente al pasado, cuando la escasez de producto en toda Europa provocó unos precios de venta para la patata española muy superiores a los que el sector estaba acostumbrado.
No se ha producido el temido efecto llamada, pues según fuentes consultadas la superficie de patata en España será muy similar al de años anteriores. Pero lo que sí se puede pronosticar, y en eso productores y comercializadores están de acuerdo, es que esos niveles de precios no se repetirán, pues existe producto almacenado en Francia, y eso siempre es un hándicap para la patata nueva.
Al margen de esta coyuntura, el sector, en términos generales, se muestra esperanzado ante las manifestaciones de la gran distribución nacional, quien ha anunciado que, dentro de su nueva estrategia de apostar por lo “fresco”, ofrecerá en su lineal patata nueva. Algunos se muestran ilusionados pues supondrá un paso decisivo para el sector, pero otros dudan de que realmente dejen de lado el producto de conservación.
Mientras que se decide o no la distribución nacional a apostar por la patata española, el sector sigue mirando a la exportación, allí donde valoran este producto, la patata de temporada. Es el deseo de todos trasladar esa cultura a España, y en ello trabaja ya el Foro Español de la Patata. Tendremos que esperar algunos años más para conocer sí esos cambios que comenzamos a ver en toda la cadena de valor le dan el impulso que necesita este sector.