Unidad del sector, calidad, diferenciación y rentabilidad parecen ser las claves del futuro del melón de La Mancha, que goza del privilegio de producirse en una época del año en la que no tienen competencia con ninguna otra zona productora. Son ventajas competitivas que los productores deberían aprovechar para devolver al melón manchego su prestigio y, sobre todo, obtener una mayor rentabilidad. Éste es el análisis que hacen desde la Interprofesional del Melón y la Sandía. Su presidente, Cristóbal Jiménez, confía en la labor que realiza esta entidad en la vertebración del sector y en la búsqueda de soluciones que beneficien a todos: productores y comercializadores.
La Interprofesional trabaja en la redacción de la Extensión de Norma, para lo cual han solicitado ayuda al Gobierno regional sin éxito. Una vez realizado este trámite, la organización podrá presentar proyectos a la UE y beneficiarse de ayudas comunitarias para mejorar la producción, la comercialización y la promoción del melón y la sandía en mercados internacionales.
Como estratega de futuro, esta entidad se plantea aumentar las exportaciones entre un 10 y un 15% para “descongestionar el mercado nacional” y evitar los “dientes de sierra” que experimentan los precios del melón de la Mancha. Según Jiménez, en las últimas campañas los precios en origen de Almería o Murcia se mantienen más o menos estables, pero cuando entra en escena la producción manchega, el precio cae hasta rozar el límite de la rentabilidad. Éste es uno de los motivos por los cuales se está cambiando la siembra de melones – 700 hectáreas sembradas menos en la campaña de 2016- por la de sandías. “Este año se volverá a reducir el número de hectáreas de melón en favor de la sandía de exportación, según las estimaciones”, afirma el presidente de la organización.
Buscar un producto autóctono
El hecho de que cada casa de semillas desarrolle diferentes variedades supone que el productor se encuentra con numerosas opciones algo que no siempre es positivo para el sector. Por ello, otra de las líneas de trabajo de la entidad es la investigación para dotarse de variedades autóctonas y tradicionales, de la mayor calidad y con el sabor que se consigue gracias al territorio, el suelo y el agua que les permite desarrollarse.
El cultivo del melón es fundamental para esta zona, como demuestran los casi 500.000 jornales de empleo directo que genera, como destaca la Interprofesional. Una producción de gran importancia social por lo que es fundamental trabajar para que siga mejorando, alcanzando nuevos destinos y teniendo alternativas de futuro.