Los precios no solo han aumentado para los principales insumos del sector, sino que también los consumidores soportan un incremento del IPC que, solo en mayo, se cifró en casi un 9%. Para las empresas hortofrutícolas, lograr un mayor precio por sus productos es una cuestión de supervivencia, si bien son conscientes de las dificultades que atraviesan las economías domésticas. Por tanto, “debemos subir los precios lo estrictamente necesario”, afirma Jorge Brotóns, presidente de Bonnysa Agroalimentaria, mientras que Imanol Almudí, CEO del Grupo Agroponiente, añade que será el propio mercado quien marque “el umbral que puede tolerar”.
En las siguientes páginas, nuestros directivos abogan por la “comunicación” con la gran distribución, que sigue “presionando los precios”, como lamenta Pascual Prats, presidente de la Asociación Española del Kaki; a la par que, en sus empresas, ponen en marcha planes de reducción de costes y trabajan para “mejorar la eficiencia”, apunta Juan López, gerente de Pozo Sur. Pero esto no es suficiente: “Ahora más que nunca debemos unirnos para conseguir que se nos tenga en cuenta”, concluye Brotóns.