Comienza una nueva campaña citrícola, un ejercicio que se presenta con una importante merma en producción. Sin embargo, y más allá de estos datos, el gerente del Consejo Regulador de la IGP Cítricos Valencianos se muestra optimista. «Aún es pronto para saber qué volumen se certificará, pero lo que sí sabemos ya es que el número de supermercados que han pedido a sus clientes cítricos con IGP ha aumentado», apunta Sanz, quien remarca que es casi más importante que cada día haya más lineales que apuesten por este sello, que el volumen en sí certificado. «Es una clara señal de que conocen y valoran la marca».
Así, serán siete las cadenas a nivel nacional las que pondrán a disposición de sus clientes estos cítricos de máxima calidad, y otras tres nuevas se suman a las ya existentes en Europa. «Supone un gran impulso a este sello, que cada año incrementa su volumen certificado al menos un 10%», añade José Enrique Sanz, apuntando que en la campaña 2016/2017 fueron cerca de 10.000 toneladas las amparadas por este sello de calidad: «si lo comparamos con la producción total de la Comunidad Valenciana, es una cifra muy baja, pero tenemos que tener en cuenta que es fruta de máxima calidad, donde solo pueden entrar las naranjas y mandarinas que cumplan unos requisitos muy estrictos».
Serán siete las cadenas nacionales donde encontraremos cítricos con el sello IGP
En este sentido, y argumentando esa búsqueda de la máxima calidad, Sanz nos avanza que ya están en trámites para incorporar en el pliego de condiciones las nuevas variedades híbridas por las que el sector ya está apostando.
Marca Naranja de Valencia
Por otro lado, se cumple ahora un año de la puesta en marcha de la marca Naranja de Valencia, un proyecto donde participa la IGP Cítricos Valencianos junto a tres operadores, y cuya respuesta por parte de los clientes nacionales y internacionales también está siendo realmente positiva. «La Asociación que coordina el proyecto está abierta a todo el sector, por eso animamos a participar de él, y beneficiarse de las ventajas que supone un marca fuerte y con un único interlocutor con la distribución», afirma Sanz.
La IGP también está desarrollando proyectos para la elaboración de productos transformados, aprovechando la fuerte demanda que existe de productos locales. Es ahí donde los cítricos con IGP tienen una nueva oportunidad para conquistar a los consumidores.