No termina de verse como una persona tan influyente, ya no solo porque no le guste hablar de sí mismo, sino porque entiende que por él habla su trabajo, y que si el sector lo nombra como uno de los más influyentes es por una trayectoria de más de 30 años en una de las empresas más innovadoras.
Se abruma hablando de él y prefiere hablar de sus referentes y fundadores de Primaflor, Lorenzo Belmonte y su padre Cecilio Peregrín, de los que nos relata diferentes anécdotas para explicarnos la forma de trabajar y los valores que le han inculcado a la empresa: hacer siempre las cosas bien, con honestidad y potenciando el trabajo en equipo.
Nacido en Águilas, estudió Derecho, vivió la agricultura desde pequeño con su padre, que ya era empresario del sector y le hacía ir los veranos a trabajar en la empresa. “Hemos vivido la empresa desde pequeños, mi padre nos inculcó sobre todo el valor de la honestidad, que nunca nadie nos hiciese bajar la mirada diciendo que los habíamos engañado”, recalca Peregrin con nostalgia de aquellos veranos. Su incorporación a Primaflor se produce en 1987, después de que Belmonte, actual presidente de Primaflor, viese en él un perfil comercial con idiomas, fundamental para seguir con la expansión de la firma.
Se incorpora como director del departamento comercial cuando se está realizando la transición desde las flores; a partir de ahí, la empresa fue evolucionando, se produjo el boom de la lechuga iceberg…” añade Peregrín. Otra de las características que destaca de Primaflor ha sido la inquietud y búsqueda de nuevos proyectos, afirma que siempre han intentado dar respuesta a todo lo que les han pedido hacer “incluso decíamos a nuestros clientes que si había algo que nadie podía hacerle, que nos lo trajese, que lo intentaríamos; todo un reto”.
De ese espíritu inquieto viene en parte la capacidad innovadora de Primaflor, Peregrín lo explica como un cierto inconformismo continuo que se tiene, pero no mirando a la competencia sino queriendo ser mejor que uno mismo .“Esa es una actitud constante en la empresa, siempre haciendo cosas nuevas, por supuesto que se quedan proyectos por el camino, pero si te paras, te caes”. Bajo su punto de vista, la innovación es no estar nunca satisfecho, siempre se podría hacer mejor.
Posteriormente, en 1999, inició un proyecto de consultoría de empresas, donde tras 12 campañas, “ya no cuento los años sino las campañas”, vuelve al consejo de administración de Primaflor, y tras la falta de un perfil comercial internacional, surge la oportunidad de dirigir el departamento de exportación. Hace 3 años es nombrado director corporativo, donde trabaja para potenciar la comunicación y las relaciones institucionales de la empresa.
Nos habla orgulloso del equipo que han conseguido construir dentro de la empresa, incorporando perfiles cualificados que aportan siempre un valor añadido. “Lo importante es asumir que todavía no lo sabes todo y que hay que seguir aprendiendo, que no solo se aprende de los mayores sino también de los jóvenes, enriqueciéndose de todo el mundo”, expone Peregrín, quien nos habla de la suerte de contar también con grandes amigos en el sector de los que aprende mucho. Recuerda, al hilo de este tema, a su padre, “era un caballero y un señor con mayúsculas, me gustaría parecerme a mi padre, cuando la gente habla bien de ti es porque algo estás haciendo bien”.